Fragmento del poema que da título al libro e información a la que hace
referencia. Supe del asunto a través de madres de la organización Sos
Bebés Robados:
La madre de una niña supuestamente robada pide que declaren Margarita Robles y Núria de Gispert
El caso se archivó el año pasado, pero Clara Alfonsa Reinoso acaba de
aportar nuevas pruebas para intentar reabrirlo. En 1987, la jueza de
Menores que la tuteló mientras estaba embarazada fue Margarita Robles,
hoy diputada socialista. Tras el parto, le dijeron que había tenido un
niño muerto. Pero era una niña y fue dada en adopción a una pareja amiga
del hermano de Núria de Gispert, expresidenta del Parlamento de
Cataluña, que por entonces era un alto cargo del Departamento de
Justicia. Clara pide que ambas testifiquen para aclarar su relación con
el caso.
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No busca venganza sino justicia. Así lo sostiene en el escrito que
acaba de presentar Clara Alfonsa Reinoso (Mataró, Barcelona, 1972) en el
Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona para que se reabra su caso, uno
de los más emblemáticos para el colectivo de niños robados. Porque, 26
años después de dar a luz a un niño muerto, según le contó la
ginecóloga, Clara encontró la verdad: había tenido una niña, y no un
varón, que no había fallecido, sino que fue entregada en adopción sin el
consentimiento de la madre. Aquella niña, ya adulta, la buscó mucho
tiempo y la encontró en 2013. Madre e hija mantienen hoy una buena
relación.
En la adopción de la hija de Clara
“se cometieron
graves irregularidades e indicios de que podría haberse engañado a la
querellante diciéndole que tuvo un niño muerto ”, según afirmaron
los magistrados de la Audiencia Provincial de Barcelona, que pese a eso,
acabaron archivando la querella de Clara Alfonsa Reinoso en mayo de
2016.
Ante el
“incomprensible” rechazo de los jueces a valorar como delito la separación de madre e hija, Clara Alfonsa aporta nuevas pruebas –más bien,
“nuevos razonamientos de peso”,
según su letrado, Guillermo Peña–, que apuntan a personajes muy
conocidos de la política, como son Margarita Robles, portavoz
parlamentaria del PSOE y exjueza, y Núria de Gispert, expresidenta del
Parlamento de Cataluña.
La primera era jueza decana del Tribunal
Tutelar de Menores de Barcelona en 1987. Fue Margarita Robles quien
ordenó, el 18 de mayo de ese año, poner bajo tutela a Clara Alfonsa, de
14 años, embarazada, por los graves problemas que sufría la menor en su
familia: el padre, alcohólico, y la madre,
“analfabeta, que trabajaba en una barra americana”,
consta en la querella de Clara, que entiende que la medida de la jueza
de internarla en la Casa de la Jove –institución benéfica católica que
atendía a jóvenes con problemas– fue acertada.
Sin embargo, el 10
de julio de 1987, tres semanas después de dar a luz, la jueza Robles
decretaba el final de la tutela para Clara, sin que hubiera cambiado
ninguna de las circunstancias familiares que motivaron la intervención
del Tribunal Tutelar de Menores, según consta en la querella, y alegando
como motivo de su decisión que
“la menor está próxima a cumplir los 17 años de edad”.
Un dato incorrecto, ya que la joven acababa de cumplir los 15. Clara
Alfonsa Reinoso tuvo que abandonar la Casa de la Jove y refugiarse en
casa de un amigo, que con el tiempo se convirtió en su esposo.
“El
Tribunal de Menores me dejó absolutamente desamparada, en la calle. Una
vez que tuve a mi hija y que me engañaron diciendo que era un niño y
que nació muerto, les debía correr prisa quitarme de en medio, no fuera a
ser que me enterara de la trama y reclamara a la niña”, explica a
interviú Clara Alfonsa Reinoso.
Pero
no es por este motivo por el que reclama al juzgado que interrogue a
Margarita Robles en calidad de testigo, sino porque considera Clara que
el tribunal que dirigía entonces la hoy diputada socialista
“fue el nexo de unión”
de todos los implicados de la presunta trama, desde las asistentes
sociales que la custodiaron hasta los abogados que tramitaron la
adopción de su hija.
Informe revelador
Y
lo cree en base a un informe al que ha tenido acceso, firmado por
Mercedes Porrera, que en 1987 era la directora de la Casa de la Jove. En
dicho documento, Porrera afirmaba que se había entrevistado con la
jueza y que
“después de una entrevista con ella se decidió dar de baja a la menor de la Casa de la Jove ya que en Calella –municipio de Barcelona–
contaba con vivienda y una familia a la que se sentía vinculada”. Clara lo desmiente.
“Es
absolutamente falso. En Calella ya no vivía mi familia. Mi madre estaba
desaparecida y mis hermanos, tutelados e internados en centros de
menores. El único que seguía en la casa era mi padre, que me pegaba
palizas. Yo no podía volver allí”, cuenta Clara.
Margarita Robles ha declinado hacer declaraciones a esta revista sobre este asunto
“porque no puede comentar todos y cada uno de los casos que ha llevado como jueza”, dicen desde su gabinete de prensa.
A Clara Alfonsa Reinoso sí que le dirigió unas palabra la diputada socialista, el pasado mes de agosto.
“Me
la encontré en la calle y le pregunté por mi caso. Estaba enterada de
mi lucha en los tribunales. Me quedé pasmada cuando me dijo que no me
podía ayudar, que de aquello había pasado ya mucho tiempo. De sobra sabe
que el delito de detención ilegal no prescribe. Quiero que se
investigue hasta el final y que la justicia encuentre a los culpables”, explica Clara.
También
se reunió Mercedes Porrera, según su propio informe, con la abogada
Teresa Cervelló –ya fallecida, que fue magistrada del Tribunal Superior
de Justicia de Cataluña–, casada con Ignasi de Gispert. Ella fue quien
sacó a Clara de un centro de menores público y la internó en la Casa de
la Jove. Cervelló era amiga de la entonces asistente social Cristina
Rimbau, que acabó adoptando con su pareja a la hija de Clara. De hecho,
la propia Rimbau acompañó a Clara a visitar al ginecólogo. Según
manifestó Rimbau ante el juez, fue Teresa Cervelló quien le informó de
que había una menor tutelada que deseaba dar en adopción al fruto de su
embarazo. Aseguró también al juez que Cervelló se enteró de la
existencia de Clara Alfonsa porque se lo dijeron en el Tribunal de
Menores.
Sin consentimiento
Por lo tanto, según el letrado Guillermo Peña, el tribunal dirigido por Robles en 1987
“podría ser el epicentro” de la supuesta trama que acabó dando en adopción al bebé de Clara, y por eso pide que testifique la portavoz socialista.
Clara Alfonsa no quería dar a su bebé en adopción. “
Si
así lo hubiera deseado, me hubiera acogido al parto anónimo que existía
entonces o lo hubiera manifestado por escrito, como exigía la ley”,
dice esta mujer. Pero no ha aparecido ninguna renuncia de Clara
respecto a su bebé ni su consentimiento para una posterior adopción.
“¿Cómo
iba a haberlo si me dijeron que era un niño y que nació muerto? Por
eso me engañaron, porque sabían que yo no quería dar al bebé en
adopción”, denuncia Clara Alfonsa.
Una de las pruebas más
importantes con las que cuenta esta catalana es la confesión del padre
adoptivo de su hija. El sociólogo Jordi Estivill, ya separado de
Cristina Rimbau, afirma en una carta entregada a Clara que el hecho de
no estar casados
“dificultaba mucho seguir la vía legal”. También dice que la pareja conoció la posibilidad de adoptar
“atípicamente” un
bebé gracias al matrimonio formado por Ignasi de Gispert y Teresa
Cervelló; que se programó el parto para el día 18 de junio de 1987 y que
se les entregó a la niña el mismo día de su nacimiento; que se fueron
de la clínica en el coche de unos primos suyos para evitar problemas con
la familia de la madre.
Interviú: http://www.interviu.es/reportajes/articulos/la-madre-de-una-nina-supuestamente-robada-pide-que-declaren-margarita-robles-y-nuria-de-gispert