lunes, 17 de febrero de 2014

Joseph Icaria Parker (personal coacher): crisis, esa gran oportunidad para los más hijosdeputa



      Presentación de Joseph Icaria Parker, personal coacher, de Washington DC en la Asociación Cultural El Magín, donde explica las grandes posibilidades que se abren para los "grandes hijos de puta" en este escenario de crisis, pero también de oportunidad que nos circunda. Tiene también una parte práctica, donde los asistentes realizan una regresión para descubrir a corregir los errores que han cometido en el pasado y tener la oportunidad de volver a vivirlos bajo la nueva filosofía del hijoputismo ilustrado. Por último, Rosa Grau lee "El hijo de puta vulgaris (de lo general a lo particular)", de José Icaria, de modo magistral e inolvidable.




 

domingo, 16 de febrero de 2014

Ícaro de la mañana

Podcasts del programa de Radio Ícaro de la Mañana, por José Icaria: programa matinal que incluye noticias de actualidad, música, poesía, filosofía, literatura, etc.
  • Podcast miércoles 5 de febrero

viernes, 14 de febrero de 2014

Panrico, Panpobre



LA CAJA DE RESISTENCIA ES FUNDAMENTAL PARA PODER SEGUIR
LUCHANDO Y RESISTIR, NECESITAMOS TU AYUDA
IBAN ES 55        2100-3161-38-2200094458

Consulta: https://www.facebook.com/pages/Panrico-SOMOS-TODOS/342223332584642

lunes, 10 de febrero de 2014

Noche de poesía con Los Bio-Lentos y amigos en Rosa de Foc


Increíble noche de poesía en el Ateneu Rosa de Foc. Empezaron a llegar amigos... Fluía una energía especial (a pesar del controvertido inicio tras la charla sobre anarcoveganismo)... Las rondas de poemas se sucedían, también la cerveza... (Ver álbum). Con:
Rosa Grau, José Roca, Pepe Oliva, Mag Márquez, Xavi K, Xavier Bayle, Andrés Belalba Barreto, Oscar Camarero, José Icaria, etc.


viernes, 7 de febrero de 2014

BILLETES SANGRANTES 2.0

Sigue sin haberse demostrado ningún tipo de causalidad,
al parecer, los billetes sangran espontáneamente



Un hecho comprobado es que los primeros billetes ensangrentados aparecieron primero en España y después en Latinoamérica, otro, que una iniciativa en internet, “#billeteenfurecido”, nacida de la mano de un grupo de universitarios malagueños, proponíaestampa tu mensaje en tu billete. Le acabará llegando a un político o banquero”. Sin embargo, no lo es tanto que la responsabilidad, como se pretendía desde el PP (que empezó culpando a Eta), y numerosos medios de comunicación, corresponda a colectivos y asociaciones ciudadanas, a los que se ha acusado de estar ensuciando deliberadamente los billetes con mercrominas, pinturas y todo tipo de tintes que simulan manchas o salpicaduras de sangre, en alusión a “la posible relación que algunos de estos colectivos establecen, a menudo, entre el dinero y el crimen, la droga y la prostitución, las armas, etc.” Lo cierto (a falta de cualquier tipo de evidencia en contra) es que los billetes (agárrense) sangran espontáneamente...

Como puede verse en numerosos vídeos (tanto de expertos como de aficionados), los billetes adquieren una textura similar a la carne, y de repente, la sangre empieza a manar desde alguna rugosidad, que pasa a adquirir la apariencia de una herida: primero levemente, de forma más y más copiosa después, según el valor del mismo billete. Sigue sin haberse demostrado ningún tipo de causalidad, humana o de otra naturaleza. Todos los indicios apuntan a que los billetes sangran espontáneamente
A continuación, el relato alucinado de Matías Robson, nombre en clave de uno de los miembros con mayor experiencia del CSI Español, que describe, a través de su blog, y con el mayor rigor del que es capaz, la experiencia de unos hechos sorprendentes frente a los que reconoce no hallar una respuesta razonable.

    Muchos habrán accedido a este blog a través de la fulgurante mediación del metódico buscador: una descripción más o menos atinada –tecleadas las primeras sílabas, nuestro excelente posicionamiento se ocupa del resto-, como ejemplo: billetes sangrantes o ensangrentados, sangre, o simplemente, dinero, les habrá conducido hasta aquí, prácticamente sin escalas. Así es internet, la tecnología, el mundo instantáneo y fugaz en el cual nos ha tocado vivir, y al cual, nos guste o no, hemos de intentar adaptarnos, por difícil o doloroso que, a menudo, resulte. Mi nombre –no el auténtico, por supuesto- es Matías Robson, y soy uno de los miembros con mayor experiencia del CSI Español, todavía en el servicio activo. Me permito recordar que en la pestaña adecuada (“CSI, mito y realidad”), se puede encontrar toda la información necesaria para situar a esta institución en su contexto, no siempre acorde, por cierto, con las fílmicas veleidades de la serie.
     Aclaradas estas cuestiones, me dispongo a abordar directamente el tema, para lo cual, realizaré primero una breve exposición de los hechos (me permito recordar que en el anexo hay abundante documentación gráfica, así como vídeos, entrevistas e información adicional), pasando después a detallar el resultado de las pruebas hasta ahora realizadas. Para no defraudar expectativas, avanzo desde este mismo momento que todas las líneas de investigación están actualmente atascadas, y no prosperan mucho más allá de la perplejidad inicial por todos compartida. Con todo, permaneceremos atentos a las noticias que se produzcan (en cualquier parte del mundo), y expondremos y someteremos a examen las investigaciones, declaraciones o reflexiones que desde aquí, o cualesquiera otras fuentes autorizadas se emitan, con la celeridad, pero también con la cautela y el rigor científico que siempre nos ha caracterizado (no deberíamos ceder al pánico, a pesar de la gravedad de los hechos: que no podamos explicarlos todavía no quiere decir que sean inexplicables). Pero iniciemos ya la exposición.

     Es cierto que los primeros billetes ensangrentados aparecen primero en España y Latinoamérica, y también que existe una iniciativa en internet, “#BilleteEnfurecido”, nacida bajo la premisa Estampa tu mensaje en tu billete. Le acabará llegando a un político o banquero, de la mano de un grupo de universitarios malagueños, que consiste en escribir un mensaje reivindicativo en un billete. Pero, aunque desde el Partido Popular (que, dentro de su más pura tradición, empezó atribuyendo la actividad a Eta) y desde diferentes medios de comunicación se puso en marcha una campaña de criminalización de la protesta, o lo que es lo mismo, se acusó a diferentes colectivos y asociaciones ciudadanas (que no reconocieron, en ningún momento, ninguna responsabilidad en los hechos) de estar ensuciando deliberadamente los billetes con mercrominas, pinturas y todo tipo de tintes que simulaban manchas o salpicaduras de sangre, en alusión a “la posible relación que algunos de estos colectivos establecen, a menudo, entre el dinero y el crimen, la droga y la prostitución, las armas, etc.”, o bien “al contraste entre las cantidades de dinero que, según la OMS, se necesitaban para acabar con el hambre en el mundo, y el que se había concedido –a fondo perdido, en la mayoría de los casos- para salvar a los bancos, lo cual era tildado, en algunos de estos ambientes, de “criminal”, sin ningún tipo de ambages”, o desde luego, “a la forma en que las bolsas decidían, a través de movimientos especulativos, el simétrico reparto de hambre y beneficios en puntos relativamente distantes del mundo”, sin olvidar la estrecha relación entre los poderes político y económico, así como la nefasta influencia y actividad de farmacéuticas, fabricantes de transgénicos, compañías petrolíferas, centrales nucleares, lobbys, corporaciones transnacionales…
      En efecto, el pánico se había desatado (especialmente en ciertos sectores de la población) y la ira, mezclada con una cierta sensación de culpabilidad -a menudo flanqueada por expresiones como: “al menos, eso es lo que creo que deben pensar”, o “sin duda, han sido seducidos por comunistas, que los manipulan constantemente a través de las redes sociales”- aderezaban el inevitable desconcierto con dosis crecientes de tensión y agresividad. La hemorragia (si se me permite la expresión) se extendía rápidamente: primero, recordaba a ese mapa de google que escenifica la corrupción política en España, pero pronto se parecía más bien  a la suma de éste y aquellos puntos de la geografía más castigados por la especulación urbanística e inmobiliaria. Se sumaron después los despachos de algunos de los ejecutivos mejor pagados de entre las grandes multinacionales españolas. Los bancos (primero el Santander y el BBVA, después el resto), las cajas, Repsol (con litigios abiertos en toda América Latina por su actividad ilícita y criminal), y el resto de compañías privatizadas en los últimos años, las sedes de los partidos políticos y de los sindicatos mayoritarios, la ceoe, la Moncloa, la Zarzuela, eran una inmensa balsa de sangre, de la cual no cesaban de manar ríos que fluían en todas direcciones, con un caudal denso y borboteante, que parecía beber en las inagotables fuentes de los crímenes capitalistas, cuyo origen se remontaba inexcusablemente al genocidio de los indios en América Latina.
     Debo señalar que esta página ha sufrido frecuentes ataques, y a menudo se introducen hackers que transforman parte del contenido de mi discurso, dejando intacto el resto, por lo que, desgraciadamente, no puedo hacerme responsable de mis palabras, al menos de las que aquí aparezcan publicadas en todo momento. Cualquier aclaración podrá ser solicitada a través de mi dirección electrónica: billetessangrantes[arroba]csi.es. Intercalo la explicación justo en este punto porque he observado una recurrente infección empeñada en manifestar una muy particular y controvertida interpretación de la conquista y colonización americanas, y aprovecho, asimismo, para advertir de posibles injerencias en otros puntos del discurso, quizá menos evidentes: permanezca atento, pues, el lector a esas interpretaciones sesgadas, a esas informaciones inequívocamente propagandísticas.
     Continuando con la narración de los hechos, diré lo que probablemente ya todos saben: la propagación de una hemorragia que no cesa, o coagula, desde diferentes lugares del mundo, centrada especialmente en países como Estados Unidos (el pentágono y la bolsa eran este mediodía auténticos géiseres, y también manaba sangre de las extracciones petrolíferas de sus grandes compañías, así como también en las cadenas de montaje de sus principales industrias armamentísticas), Alemania, Holanda, Inglaterra, Francia, Japón, los países nórdicos, Australia, Nueva Zelanda, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda,… La presa de Las Tres Gargantas reventaba hace dos días (las pantallas de todo el mundo emitían en directo el desastre, sobrecogidas por la rotundidad de las imágenes), incapaz de sostener por más tiempo el sangrante jugo de la desigualdad. En la India, en Brasil, los grandes ríos se desbordaban y arrastraban hacia el mar toda una inmundicia, largamente acumulada en manos de unos pocos. Las oligarquías, la burguesía, el ejército, las mafias organizadas en todos esos países condenados por el expolio y la deuda externa, donde no cesa de manar la sangre, y su rastro conduce, invariablemente, a un osario colosal que comunica subterráneamente los suelos de todas esas naciones…
     Tal vez resulte duro, para un investigador que ha consagrado su vida a localizar y perseguir el crimen -siempre desde la legalidad más exhaustiva-, admitir que esa legalidad estaba absolutamente viciada, o profusamente entreverada con las mismas fuentes del  crimen, o que una criminalidad tan extensa e institucionalizada (no cabe ya definirla de otro modo), tan hecha a fingirse digna y circunspecta, tan henchida, en suma, de miedo y de violencia, era la que albergaba y nutría todo ese modelo de injusticia y corrupción. La evidencia de los hechos me lleva a reconocer que ahora, es posible descubrir el crimen e identificar a los autores siguiendo simplemente el rastro de la sangre, porque los cauces del dinero y los de la sangre son exactamente los mismos. no me corresponde pues, como científico, establecer ningún tipo de elucubración política, estética, ética o teleológica sobre los fundamentos  o la etiología del fenómeno estudiado, sino meramente aguardar a que sus porqués nos sean mostrados, o revelados: como decía Heráclito, a la naturaleza le gusta ocultarse.
                                                                               Matías Robson, 30 de enero de 2014

     En el siguiente enlace, y para todos aquellos amantes de la investigación y el método científico, se muestran las distintas pruebas que se han realizado a fajos de billetes nuevos y usados, provenientes de los lugares del mundo más estigmatizados por la sangría. Como puede verse en numerosos vídeos (tanto de expertos como de aficionados), los billetes adquieren una textura similar a la carne, y de repente, la sangre empieza a manar desde alguna rugosidad, que pasa a adquirir la apariencia de una herida: primero levemente, de forma más y más copiosa
después, según el valor del mismo billete. Sigue sin haberse demostrado ningún tipo de causalidad, humana o de otra naturaleza. Todos los indicios apuntan a que los billetes sangran espontáneamente

Comentarios

Perlas_ensangrentadas:

     Y una noche, de madrugada, despiertas sobresaltado, y bajo un cielo negro y sin estrellas, descubres un río denso y viscoso de sangre, que borbotea despreocupadamente por las calles, y comienza a trepar, como un gato, hacia el piso donde vives; y es tu gato el que acaricias, sentado plácidamente en tu regazo; pero, al dejarlo en el suelo, se convierte en una figura de porcelana y se rompe en mil pedazos, sin que puedas hacer nada para  evitarlo; y de su interior, manan cientos de monedas falsas, como las que se utilizan para liberar los carritos de la compra en el supermercado. Y ahora, descubres la herida en el brazo, y la sangre, que se filtra a través de las ventanas y que anega rápidamente todas las habitaciones. Cuando te llegaba por el cuello, has tenido aún un instante para pensar algo así como “esto ya lo había visto yo venir, y sin embargo, no hice nada por remediarlo”. Y, de nuevo, despiertas sobresaltado ante la angustiosa imagen de ti mismo pataleando desesperadamente tras un filtro rojo cada vez más y más oscuro… 




Billete Enfurecido

Ya que todo el dinero acaba en manos de políticos y banqueros, utiliza los billetes para mandarles un mensaje privado. ¡Escribe el tuyo y compártelo!

La iniciativa "Billete Enfurecido" invita a poner mensajes reivindicativos en billetes (#BilleteEnfurecido)





Mensajes reivindicativos en los billetes como desahogo ciudadano

Los billetes hablan y nos cuentan historias. Bajo la premisa “Estampa tu mensaje en tu billete. Le acabará llegando a un político o banquero”, nace de la mano de un grupo de universitarios malagueños la iniciativa que consiste en escribir un mensaje reivindicativo en un billete.

El objetivo de tan curiosa idea, que ya está teniendo un gran movimiento en Twitter y en su página web, pretende servir de la plataforma de protesta y desahogo para los ciudadanos ante la indignación creciente. “Billete Enfurecido” es el nombre de plataforma que hace dos meses se puso en marcha y que ya cuenta con casi un centenar de billetes en circulación. La reivindicativa idea ya ha cruzado el charco y se está emulando en países Latinoamericanos como México o Argentina.


Licencia Creative Commons
Billetes sangrantes por José Icaria se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en joseicaria.blogspot.com.



Descargar pdf periódico Rojo y Negro, edición de junio de 2011, donde fue publicada una primera versión del relato.