El significante "Bio-lentos", concebido en un principio para designar, de forma burlona, al apelativo que reciben, desde los medios, los que reaccionan a la violencia estructural, no tuvo que esperar mucho para adquirir un valor aún más subversivo, al tiempo que, por otra parte, se desactivaba ese primer carácter irónico, básicamente, por el cambio de orientación del sistema, que ahora apoya abiertamente la violencia en la protesta, si se ejerce, claro está, desde la ultraderecha..
Y, sin embargo, su significado sigue siendo subversivo, puesto que apela (sin abandonar su primer razón de ser) a la detención, a la vida lenta, a la reflexión. Al abandono del automatismo, que nos mantiene enervados frente al otro, aferrados a la norma, esclavos de lo inmediato.
Si los pitagóricos cifraban la salud en mantener el cuerpo "afinado", es decir, en un estado de armonía y equilibrio, Los Bio-Lentos, desde la poesía, invitan a encontrar nuestro propio ritmo, manteniéndonos saludablemente en contra del frenético tempo que se nos impone con el fin de lograr nuestra aquiescente robotización.