Hace unos años había quedado con un
colega, en Barna, pero tenía que cruzar Vía Laietana (sería otra calle,
no recuerdo), y estaba atestada de gente con niños, por la cabalgata de
los reyes. Desesperado (echándome casi a llorar, a lo
Junqueras), imploré a los más cercanos: "Por favor, dejadme pasar, odio
la navidad, el consumismo, las putas luces, el condicionamiento de los
más pequeños, los niños, víctimas inocentes de la avaricia y la hipocresía
humana..." La masa de gente se empezó a abrir, y me interné, despacio,
en el mar muerto, mientras seguía vomitando: "La tomadura de pelo de la
lotería de navidad, y el grotesco y lacrimógeno anuncio; toda esa
mierda; por favor, dejen pasar, odio la navidad, vosotros sabréis lo que
hacéis con los niños...." Por fin, al cabo de unos diez minutos de
lavado de estómago, conseguí atravesar aquella densa marea humana. Las
aguas se habían abierto; ¡se había producido el milagro!. Tuve que
reconocer que el espíritu navideño se manifestaba de muy diversas
maneras. ¡Aleluya, aleluya!
José Icaria
El espíritu navideño 6 y medio por José Icaria se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
El espíritu navideño 6 y medio por José Icaria se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias. Ya le llamaremos.