domingo, 28 de diciembre de 2014

EL ESPÍRITU NAVIDEÑO 6 Y MEDIO


 Hace unos años había quedado con un colega, en Barna, pero tenía que cruzar Vía Laietana (sería otra calle, no recuerdo), y estaba atestada de gente con niños, por la cabalgata de los reyes. Desesperado (echándome casi a llorar, a lo Junqueras), imploré a los más cercanos: "Por favor, dejadme pasar, odio la navidad, el consumismo, las putas luces, el condicionamiento de los más pequeños, los niños, víctimas inocentes de la avaricia y la hipocresía humana..." La masa de gente se empezó a abrir, y me interné, despacio, en el mar muerto, mientras seguía vomitando: "La tomadura de pelo de la lotería de navidad, y el grotesco y lacrimógeno anuncio; toda esa mierda; por favor, dejen pasar, odio la navidad, vosotros sabréis lo que hacéis con los niños...." Por fin, al cabo de unos diez minutos de lavado de estómago, conseguí atravesar aquella densa marea humana. Las aguas se habían abierto; ¡se había producido el milagro!. Tuve que reconocer que el espíritu navideño se manifestaba de muy diversas maneras. ¡Aleluya, aleluya!

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