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El discurso de la derecha, o la violación grupal del lenguaje




La forma en que la derecha, hormonada con los recientemente incorporados anabolizantes del "populismo de derechas", utiliza algunos términos va más allá de la fagocitación del argot de la izquierda, la falacidad de la neolengua o la deshonestidad de la posverdad con que hasta ahora nos tenía acostumbrados.

Caceroladas contra el hambre de los pobres, manifestaciones en descapotable por la "libertad".... La libertad, naturalmente, de acabar con la libertad.

Por no entrar en el alegre relativismo de los medios, la equiparada "extrema izquierda", o la banalización de términos como "nazi", "dictadura" o, cómo no, "terrorismo": hay una vuelta de tuerca en su uso, como vemos, en esa foto movida que sitúa las etiquetas bajo el objeto equivocado, obedeciendo a una lógica de apropiación, pero también de "escarnio".

En efecto, me parece que en muchas de esas actitudes hay una voluntad de escarnio, a la vez que de doblegar la voluntad del lenguaje, ya que no es posible edulcorar el curso de los hechos (criminales, e incluso genocidas), y que tampoco se desea, puesto que se vive a costa de unos privilegios directamente derivados de ellos (y que, ahora se podrían ver en peligro, en algún grado).

En definitiva, lo que se perpetra es una violación grupal contra la palabra, contra el lenguaje, en un acto cargado de simbolismo, donde la aristocracia del cohecho y la corrupción apela al violento acto fundacional, la dictadura de Franco, y se ríe de las posteriores hipóstasis "democráticas", cubriendo de heces cualquier sentido y, remitiendo, con cinismo, al único que le importa, esto es, el de la perpetuación de sus privilegios.

 

El lector debe hacer la mitad del camino 



Supongo que para algunas personas resulta más cómodo escuchar poesía aderezada con interpretación que llevar a cabo la más ardua tarea de la lectura. Luego viene todo eso de la hermeticidad de la poesía, etc. Sabéis mi opinión al respecto. Permitidme que insista...

     Por supuesto, encuentro positivo cualquier aspecto que contribuya a "acercarla al público", etc. Nosotros, los Bio-Lentos, sabemos algo de eso, hemos recitado para muchos públicos; hemos aprendido algunas técnicas; el rodaje nos proporciona también una cierta intuición. Sin embargo, creo que el lector, el espectador, debe hacer la mitad del camino.

     Con eso quiero decir varias cosas. Creo que la literatura es una "herramienta" (ahora que se llevan este tipo de palabras) útil, que sirve, sobre todo, para transformar el pensamiento. Con ello no quiero decir que no esté bien pasar un buen rato y punto, ni tampoco tildar a toda una cierta forma de hacer poesía de superficial. Vuelvo a decirlo, no lo creo, conozco poetas que hacen ese tipo de poesía y me parece interesante lo que cuentan, sus propósitos. Pero, sinceramente, me pongo en pie cada vez que oigo denigrar la poesía "compleja". Pensad que es lo mismo que opina Chus Visor. "Poesía que se entienda". No creo que la vida se entienda por completo y no veo porqué una poesía tenga que entenderse por completo (lo digo yo, que a menudo soy bien clarito, pero también me gusta ser coherente, o simplemente dejarme transportar por lo que el ritmo y la voz interior me diga).

     En definitiva creo que no podemos permitirnos renunciar a aspectos que en realidad definen lo que entendemos por poesía. Toda una suerte de transgresiones en el lenguaje y en el pensamiento, que la convierten, o la pueden convertir, en peligrosa para el sistema.

     No confundamos pues, una parte de la poesía con el todo. Soy el primero que se aburre con algunas pajas mentales que no rozan sino la superficie de lo que decíamos, aunque sus artífices se las den (como también ocurre en el otro lado) de ser la hostia. No confundamos, tampoco aquí, la parte con el todo.

     Vuelvo a decirlo, hay poesía que requiere un cierto esfuerzo, pero también, como en el jazz, ese esfuerzo compensa: la inteligencia, el sentido de la belleza lo agradecen. Sé que hay muchos poetas que comparten en buena medida lo que digo, pero parece que hay una corriente invariablemente de moda de la poesía que se entiende, y también una cierta tradición, incluso.

     En fin, no sé si alguien habrá llegado a leer hasta aquí. No por estar en desacuerdo, eso me parece respetable, si no porque, en internet, no es costumbre leer más de cuatro líneas... Pero al menos tú, sí lo has leído.

@jose.icaria

El discurso de Rajoy: la opinión de los psicópatas

miércoles, 25 de febrero de 2015

 

Lo peor de todo es comprender que, efectivamente, es posible la visión de Rajoy (que no es sólo la suya, sino la de todos aquellos para los cuales trabaja) sin el consumo de opiáceos. El escenario es compartido por víctimas y verdugos. Mientras unos padecen, otros se divierten. No hay más que verles, no caben de regocijo. Les hemos pagado la fiesta. Se la han cobrado con nuestra salud, nuestra calidad de vida, nuestras expectativas de futuro, nuestra esperanza de vida, el (lamentable) futuro de nuestros hijos. Como los violadores que graban en vídeo la escena, los nazis que apalean a un migrante, o los torturadores que fuman un cigarrillo mientras la víctima sangra inconsciente, ellos también se divierten con nuestro sufrimiento. Eso sí, después de llevar a cabo algunos ajustes... con el lenguaje. 
     A ellos les va muy bien, conviene no olvidarlo, es una época única de oportunidades, como dijo un crack de la bolsa londinense. Como buenos  fundamentalistas (del dinero, el único dios verdadero), tienen infinitas teorías, tanto económicas como religiosas o evolutivas para no sentir el más mínimo remordimiento. Por otro lado, sabemos que los psicópatas son incapaces de sentir empatía; piensan y actúan con entera frialdad; son metódicos y calculadores... Su vida es lamentable, pero disfrutan viendo el hundimiento del titanic mientras la orquesta sigue tocando (¿por qué no celebrar con unas rayas el último terremoto a causa del fracking?).
     De ahí que nos sorprendamos de la visión, cuando en realidad, nuestro mundo se transforma peligrosamente en tanto que esa visión se convierte, progresivamente, en realidad. Una realidad caracterizada por facetas diametralmente opuestas, la de la víctima y el verdugo.
José Icaria

El testigo y el camino 


Se extingue, al fin, la generación del baby boom, la generación de nuestros padres. No hubo demasiadas abdicaciones. En general, resistieron en pie hasta el fin. Pero ahora, el testigo yace en el suelo, y no hay más remedio que empuñarlo. Continuar la trayectoria puede parecer tentador; pero, resulta innegable, la fiesta ha terminado y el panorama se muestra desolador. ¿Estamos preparados? No nos enseñaron a ser responsables. El camino de la virtud, reiteradamente invocado por los clásicos, se encuentra ahora cubierto de maleza y hojarasca. Y sin embargo, el tiempo apremia: la desertización avanza, como también el hambre y la guerra, la pobreza y la desigualdad, el analfabetismo y la desinformación, el fraude y la corrupción, la enfermedad, la falta de protección, el miedo, el auge imparable de los psicópatas.
    Empuñemos el testigo. Recuperemos la virtus. Seamos personas. 
    El paradigma de mercado no se corresponde con la vida. Es sólo otra metafísica y, como cualquiera de ellas, no se ajusta a la verdad y resulta un exceso intolerable y dañino.
    Abandonémoslo sin más y apostemos por la vida; por el respeto a la naturaleza y a las personas. Seamos responsables: usemos los recursos para paliar las necesidades, de forma sostenible, y no para incrementar avariciosamente los beneficios, las desigualdades.
    Dejemos de ser tan complacientes. La vida de las personas y de los ecosistemas depende de todas y cada una de nosotras.
    Si asumimos la responsabilidad, podremos exigir, también, el poder. Poder para ser libres: especialmente del ego y las cosas materiales, de todo aquello que nos esclavizó durante siglos.
    Podríamos resurgir de las cenizas o, lamentablemente, ser sólo esas cenizas.
    Hay infinidad de caminos, he señalado tan sólo el más fácil y otro más complicado. Pero, como dijo Machado, el camino “se hace al andar”.

José Icaria


CONFIRMADO: 3 DE CADA 4 ESPAÑOLES SON ZOMBIES




(En realidad la cifra sería de 3 coma 45). ¿Chemtrails, doctrina del shock, exceso de televisión? No, lo que ocurre es pura y simplemente que los españoles son zombies en su mayoría. No existe realmente vida en su interior, y tampoco instinto de supervivencia -en el sentido usual de la expresión-, más bien es una cuestión puramente de inercia. El español nace, le dan de hostias, se resigna, se reproduce (o se compra coche), se hipoteca, acepta curros de mierda y se aficiona al fútbol o a ver telemierda hasta que, de puro asco, se muere: de cáncer (a causa de la porquería que come y respira), o de tristeza.

No hay más, y desde luego, hay que concluir con los científicos que han elaborado el análisis, que no cabe otra posibilidad; una a una deben ser descartadas las otras opciones, si se procede con método. No debe tampoco cundir el pánico, a menos que pertenezcas al percentil menor: pero entonces, seguro que todo esto no te sonará a nuevo: probablemente habrás sido ya despedido del trabajo, tus compañerxs se habrán lavado las manos, el sindicato habrá mirado para otro lado, habrás ido a manifestaciones donde siempre habrás encontrado las mismas caras, habrás escuchado los mismos aforismos -filosofía para percebes- en infinitos lugares públicos, y habrás llegado a la conclusión de que difícilmente se puede luchar con muertos (a menos que, como Clint Eastwood, se usen para distraer las balas enemigas: pero tampoco sirven para eso, porque estos muertos se mueven, aunque no vayan a ningún lado).

Sí, no hay más remedio que aceptarlo: los sindicatos están muertos, lxs trabajadores están muertxs, la inteligencia, el sentido común, la solidaridad, la rebeldía, la dignidad, están más que muertas. El torito de la bandera no es más que un ratoncito minúsculo y asustadizo. Los amos y amas de casa, cucarachas que corren angustiadas a ocultarse en los rincones ante el más mínimo resquicio de luz (pactemos con el banco...). ¿Cuándo las condiciones son inaceptables, draconianas, inhumanas, por qué seguir atadxs a la cadena, por qué seguir representando la función? Hay que adaptarse. Así es como está montado. Qué se le va a hacer.

El presidente de la nación deja una nota en su ataud de “no molestar” y se echa a dormir, según su costumbre, hasta que al fin, un baile de murciélagos lo obliga a acudir al Senado (un derruido cementerio de elefantes). Allí, emite un par de eructos y lee las acotaciones por toda respuesta. Finalmente, se le cae el globo ocular derecho y se pone a buscarlo entre los escaños. Sus señorías abandonan el hemiciclo indignadas, y los gusanos celebran un partido de fútbol cuando las luces rojas del piloto automático se encienden y los mayordomos dan el último portazo.

Pero los vampiros exigen más sangre. Más flexibilidad, más impuestos a los pobres, exclusión social de las universidades, salarios más bajos: los españoles reaccionan achinando los ojos, emigrando a Alemania, enterrando la cabeza bajo estériles caballones de Monsanto. Los policías, enloquecidos, se machacan entre ellos: habían sido adiestrados para golpear sin descanso, y tienen problemas para superar la auto-inducida sobredosis de violencia.

Una extinta civilización inexplicablemente detenida en la más alta cima de su florecimiento”, según los arqueólogos del futuro. Corrupción, sobornos, mausoleos sin sentido, estupidez, vida de apariencias, voluntad de ignorancia, mitologías indefendibles, chapucismo, enanez, ausencia de memoria histórica, tendencia al parche ad nauseam, a acatarlo todo sin rechistar, al egoísmo, a los mantras televisivos, a la pirotecnia de las festividades atávicas, a vivir sin sentir, en una palabra, que hace tiempo que se ha muerto...


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“Yo paso de la política”

Paco Bello | Iniciativa Debate | 17/08/2013

Uno puede “pasar” de la política, pero la política no pasa de nosotros. Uno puede ser un eremita y un misántropo, o demasiado cool para relacionarse, pero sin convertirse en un gilipollas, que es en lo que nos convertimos al creer que podemos mantenernos al margen… “eso no va conmigo”. Va contigo siempre...

http://iniciativadebate.org/2013/08/17/yo-paso-de-la-politica/
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NUEVAS PERSPECTIVAS SOBRE EL "VIVIMOS POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES" Y LOS INTERESES GERMANOS
Interesante, una vez más, el Follonero. Si supe leer entre líneas, el programa [Viva Spanien] parecía decir que Europa, la Unión Europea del Tratado de Lisboa ya fue diseñada teniendo en cuenta la corrupción e improductividad de las economías mediterráneas. Alemania había hecho mucho dinero colocándonos su reputada maquinaria, y después se propuso ganar aún más dinero inundándonos de préstamos. El pp (como el resto de partidos políticos y algunos sindicatos, como responsables de las medidas emprendidas por las Cajas de Ahorros) hizo lo único que aquí parece que sabemos hacer: aprovechar la ocasión para desatar una especulación desaforada. La impresión que produce es que Alemania y Francia dejaron atada la cuestión asegurando las ganancias a costa de -no los inversores privados, que, como ellos, también ganaban, a pesar de su innata ineficiencia, de su tendencia a la corrupción, sino de- la deuda pública, y más que eso, la deuda soberana (es decir, la deuda que compromete el PIB del país moroso, no sólo presente sino futuro).
     De esa manera, todos contentos, es decir, los únicos que tenían derecho a sentarse en las mesas donde se negociaban las cuestiones de poder: por un lado, los inversores germanos, que acrecentaban las ganancias; por otra, los patéticos -pero igualmente obsequiados- especuladores españoles, que, no sólo aumentaban el negocio, puesto que: por un lado, recibían del BCE las ayudas que luego trasladaban al estado a un interés muy jugoso (mucho más que si lo prestaban a las empresas, para activar la economía), y por otro, la inversión en deuda, que además, los convertía en agentes particularmente interesados en que la crisis  continúe manteniéndose, sine die; por otro, era una estupenda ocasión para aprovechar el shock de la ciudadanía para renegociar el exiguo "estado del bienestar" (incomparable a las ventajas sociales alemanas) a la baja. Todo salía a pedir de boca.
     "Se ha vivido por encima de nuestras posibilidades", es el mantra que repite desde todas partes el transfigurado fantasma del vasallaje neoliberal. Pero, como toda falacia se desmonta con relativa facilidad. Como señala Francisco Álvarez Molina, vicepresidente de la Bolsa de París y ex consejero de la Bolsa de Valencia: "también los bancos vivieron por encima de sus posibilidades", y sin embargo, a ellos nadie les pide responsabilidades, pese a que fueron los principales actores del desastre: al contrario, son los únicos a los que se rescata. Y, con dinero público, puesto que el dinero del BCE, como el del FMI no es más que dinero público, que cada país aporta en un porcentaje directamente relacionado con su PIB. .
     Por suerte, no nos arrojan misiles, sino ataques especulativos. Podemos seguir la estela de las reformas que produjeron el milagro alemán (aunque más bien nos encaminemos al desastre griego). Al final del programa,  Jordi Évole, que había acorralado hábilmente a Jürgen Donges -economista alemán que habla perfectamente español- con su acostumbrada técnica socrática, le pregunta por una característica del sistema laboral alemán, que a menudo pasa desapercibida, y es que, aunque genere más empleo, es más precario: los minijobs. ¿Eso es bueno?, pregunta el entrevistador. Y Donges responde: "¿Qué alternativa propone?". Paro o curro de mierda. No hay alternativa. La partida puede aún continuar un poco más, hasta que todo el dinero quede concentrado en unas pocas manos y la mayoría de la población se vea  reducida a una lamentable situación de esclavitud laboral, deconectada del flujo cultural y expuesta a todo tipo de enfermedades si no puede proporcionarse un seguro privado, que no dejará de tratarlo como una mercancía más.

     En resumen, mientras que a los alemanes se les estimula la fibra nacionalista con chascarrillos sobre la actitud malgastadora de los hispanos (matizada por el conocimiento directo derivado del turismo y la emigración de los sesenta), los dirigentes germanos podrían haber tomado medidas perversas antes de empezar la partida, asegurándose unas sustanciosas ganancias en connivencia con la clase alta del mismo país colonizado. Un atraco perfecto.
     Y, también, una deuda ilegítima...



'Viva Spanien': ¿Quién gobierna España, Mariano Rajoy o Angela Merkel?
www.lasexta.com/
¿Tiene algo que ver Alemania con la reforma de la ley de dependencia? ¿Y con la subida del IVA? ¿Y con el copago sanitario? ¿Estamos los españoles gobernados por Rajoy o Angela Merkel? Lo cierto es que Alemania impone a España una severa política de austeridad para cumplir las condiciones del rescate.

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LA ÚLTIMA AVENTURA DE PEPE OTAL
por
Jorge López

 


La última vez que le vi, Pepe salía con una bici de carreras de su casa taller de la calle Guàrdia. Había guardado ya su pipa de fumar, se había recogido los bajos del pantalón tejano y se disponía a pedalear hasta l’Hospitalet para intentar arreglar la lavadora de una amiga. Al notar mi presencia, se bajó de la bici e hizo el ademán de volverse a la puerta –tal vez para invitarme a entrar y charlar un rato. “Lo primero es la lavadora de Alicia” –le dije-, y quedamos en vernos una semana más tarde, cuando estuviese de vuelta del viaje que le iba a llevar a actuar en la isla de Cerdeña, pues teníamos que atar algunos cabos sobre la jornada de romances y marionetas que queríamos realizar en septiembre –él, animado, ya le estaba dando vueltas a la manera de adapatar un truculento romance de García Calvo sobre el crimen de Puerto Hurraco que le había pasado semanas atrás.
Como en un plano largo, le vi alejarse montado en su bicicleta por la estrecha y alargada calle del Barrio Xino. Unos días más tarde el telenotícies y otros medios de gran difusión daban la noticia de su muerte en la isla italiana. Recuerdo que me sentí extraño al enterarme de la muerte de alguien tan cercano a través de unos medios tan ajenos a mí, pero, al fin y al cabo, todo estaba en regla: Pepe era uno de los marionetistas de más prestigio internacional. Tal vez lo extraño era que alguien con tanta vida como él pudiera morir o que yo lo apreciara más por ser un rebelde auténtico que por ser un reputado marionetista.
Pepe, tan reacio a los ismos, sin embargo había mostrado en varias ocasiones su preferencia por el anarquismo. Él había estado en el entorno del influyente y creativo Sindicato de Espectáculos de la CNT de los años 70, y compartía con los anarquistas la idea de que no había que esperar a tomar el palacio de ningún zar para vivir la vida que uno desea. Y así era Pepe, viviendo y defendiendo su utopía en el día a día. Por eso, ante las amenazas de ser desalojado, se encadenó una y otra vez en su antiguo taller de la Barceloneta hasta que, gracias a las gestiones de su amigo Toni Rumbau, el Ayuntamiento le cedió, a cambio de un alquiler simbólico, un local en la calle Guàrdia. Por eso también, tenía una particular manera de tratarte que te hacía sentir una persona especial. Y por eso, en fin, su casa a menudo se convertía en una improvisada comuna vespertina donde sus amigos, ajenos al mediocre mundo exterior, convivían, charlaban, cantaban, recitaban...
Intentando hacer de su vida pasión y siguiendo el consejo de León Felipe de que las cosas no hagan callo ni en el alma ni en el cuerpo, probó, alternó y compatibilizó muchos oficios y aficiones. Fue ingeniero, marino, boxeador, profesor y, claro está, marionetista. Destacó especialmente en el mundo de las marionetas, es cierto, pero se las ingenió para que este oficio no dejase de ser un juego, alejado de la rutina y del agobio. Por eso, cuando los programadores le reñían por no ensayar bastante sus espectáculos, él respondía: “¡Ensayar es para los cobardes!” Y tal vez por eso a veces atendía más a las opiniones de las personas que no eran del oficio que a las de los críticos teatrales.
Con tantas vidas como vivió y con su especial don para abrazar la sorpresa, Pepe podía contar todo tipo de historias verídicas y, a la vez, insólitas. Yo me escapaba muy a menudo a su casa para escucharlas con gran fruición, y rara era la ocasión en que no acababa llorando de risa –por favor, si nos vemos alguna vez, pedidme que os narre alguna. Hasta sus últimos días, y, de hecho, sus últimos minutos, en la isla de Cerdeña, y en el mundo, están repletos de esas anécdotas entrañables que solía protagonizar. Anécdotas reales: se pasó parte de su estancia en la isla italiana saltando las tapias de la casa donde se hospedaba –es largo de explicar. Y anécdotas apócrifas, como la supuesta reacción que tuvo cuando, después de haber representado la “Divina Comedia” en el pueblo de Teulada, se sintió indispuesto, lo tumbaron y, temiendo que se tratara de un ataque al corazón –como fatalmente fue-, le administraron unas aspirinas y, para que pasasen mejor, le dieron para que bebiera: “pero si es agua” –sostiene la leyenda que dijo, como si estuviera sorprendido de que no fuera una de esas cervezas frías que le habían acompañado en tantos momentos de su vida. Pep Gómez –gran amigo y compañero de representación de Pepe en Cerdeña- desmiente tal reacción, aunque concuerda tanto con el carácter de Pepe, y con otras anécdotas que protagonizó en el pasado, que no es extraño que alguien la haya tomado por cierta.
Pepe –quizás con el propósito de amar todavía más la vida- había tratado mucho la muerte. Estaba presente en sus conversaciones, en sus bromas y en los espectáculos que preparaba: desde las representaciones de “Don Giovanni” o de la “Divina Comedia” hasta los bailes de esqueletos con los que acababan todas las veladas de poesías y marionetas que se celebraban en su casa taller todos los solsticios y equinoccios. En una de esas veladas, precisamente, se dedicó a anunciar repetidamente, entre actuación y actuación, que al final del espectáculo él se moriría. Había construido una caja de madera –una especie de ataúd o armariete- especialmente pensada para que, una vez que se introdujera en ella, se activara un juego de espejos y de luces que permitese ocultar su cuerpo y mostrar al público la imagen de un esqueleto. Pero esa noche el dispositivo no funcionó y la gente quedó algo decepcionada ante las altas expectativas generadas.
Sí, en aquella velada de poesía y marionetas en su taller Pepe no se “murió”. Después de haberla preparado, la muerte rehusó salir a escena. En cambio, fue otra noche, el 24 de julio del 2007, en Teulada, al sudoeste de la ciudad de Cagliari, en Cerdeña, después de otra representación, cuando la muerte, y, en este caso, la de verdad, decidió presentarse, y esta vez le cogió por sorpresa y –como yo creo que nos pasará a todos- sin estar preparado. Pepe, menuda historia, de las que a ti te gustaban, ¿verdad?. Esta, compañero, ya ves, la tendré que contar yo por ti.

Jorge López

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“EL PERRO Y EL COCODRILO”: NO SIGAS LOS CONSEJOS DE TU ENEMIGO


EL PERRO Y EL COCODRILO

Bebiendo un perro en el Nilo
al mismo tiempo corría.
—Bebe quieto—le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente:
—Dañoso es beber y andar,
¿pero es sano el aguardar
a que me claves el diente?.
¡Oh, qué docto perro viejo!
Yo venero tu sentir
en esto de no seguir
del enemigo el consejo.
Félix María de Samaniego


Cuidado con 1984, especialmente tratándose del Pp. Y por cierto, ¿Qué entiende el PP por “Estado de Derecho”? Creo que más bien lo confunde con estado de derechas.  Las imágenes, los testimonios no dejan lugar a dudas: ¿Por qué no dimite la delegada del gobierno, el jefe de la policía valenciana (un  tipo, por cierto, que confunde una manifestación con una situación de guerra, claro que no debe extrañarnos  -estoy hablando del vituperado “yo a mi enemigo no le cuento mi estrategia”; luego ahondaré en el tema, pero hay que recordar que ya Emilio Botín dijo en su momento que “esto es una guerra de ricos contra pobres y [que] de momento, vamos ganando”), y por qué no separan inmediatamente del cuerpo a todos esos agentes que se pasaron con la coca… (Creo que es lo mínimo que se puede decir después de ver las imágenes).
     La evidencia de esas mismas imágenes, así como la frialdad –por no decir chulería- con que actuaron los policías, la extrema violencia que usaron contra niños, contra personas indefensas que protestaban pacíficamente (después de que los dejaran sin calefacción, hay que recordarlo, y aquí hay una línea de causa-efecto que va de la corrupción de la comunidad valenciana de los populares a la burla de la justicia de camps, y a esos mismos recortes en materias básicas como la educación: en otras palabras, que a los que quizá habría que zurrar no era a los estudiantes de secundaria, sino a esos chorizos que dirigen el gobierno de la comunidad, y que por lo visto, se amparan en una fuerza mafiosa y camorrista), así como testimonios sumamente controvertidos, como el de un médico internista del  Hospital Clínico de Valencia en Urgencias, que en “ Hablar por hablar” de la Ser, denunciaba que “la noche pasada la policía robaba literalmente información sobre los pacientes, que se les ha impedido hablar con la prensa, que se han falseado datos, y que hay muchos más heridos de los que se dicen…”
     Todo ello, en conjunto, habla no sólo de un acto deliberado de barbarie y fascista (paralelo a los actos de presentación de Felip Puig en Catalunya: un mensaje claro: a partir de ahora, se han acabado las tonterías, que sin duda, hará las delicias de los foros de policías), sino, además, la absoluta intencionalidad y premeditación de esos actos. La orden, trasladada a lenguaje corriente debió ser del tipo: salid y darles una buena lección, no os preocupéis de nada.
     Ayer asistí a una manifestación, en Barcelona, de protesta y en solidaridad con Valencia. Es cierto que fuimos creciendo en número mientras bajábamos Ramblas, tomamos Plaça Sant Jaume y nos dirigíamos a la comisaría de policía en Via Laietana. Mi opinión es que las movilizaciones deberían ser mucho más masivas ante la gravedad de los acontecimientos que se están produciendo. Si podemos pasar una noche en vela por el fútbol, ¿cómo no hacerlo por cuestiones que atentan flagrantemente contra nuestros “derechos fundamentales”? Recordemos también que la huelga es un método activo de lucha y un recurso que continúa siendo válido. El miedo no nos servirá de mucho. Era útil en la selva quedarse paralizado cuando éramos descubiertos por un predador, que podía así, dejar de vernos. Pero no resulta útil en la actualidad, puesto que hemos sido de una vez por todas plenamente identificados, somos “el enemigo”.
     Y con esto concluyo: se ha dado un paso más. Como en otras cuestiones, no es que no pasara ya, o no se supiera, sino que ahora ha quedado plenamente instituido: somos el enemigo. No sólo no nos representan, sino que, directamente, somos enemigos. Esto debe quedar claro: no nos van a defender (quizá deberíamos presionarles, aunque sólo sea para demostrar su impostura); nadie lo hará por nosotros. Además, deberemos poner en cuarentena expresiones como “sabemos que estamos pidiendo sacrificios a la sociedad española”. Como se desprende de la moraleja de una fábula de Samaniego, no sigas los consejos de tu enemigo…

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* nota al título: siguiendo el consejo de una amiga lectora, apuntaré el siguiente matiz: ...a menos que sospeches que el enemigo pueda estar haciendo uso de la psicología inversa. Como apunta Isabel, "hay que ser más putas que las gallinas". Desconozco si Samaniego fabuló -o moralizó- al respecto, pero desde luego, la experiencia de lucha lo enseña sobradamente.
 josé icaria





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Treinta radios convergen en el centro de una rueda;
Es del agujero del centro que
depende el uso de una carreta.
Moldea la arcilla en una vasija;
es el espacio en su interior que la hace útil.
Talla puertas y ventanas finas para crear una habitación,
pero la utilidad de la habitación está en su espacio vacío

(...)
                                          Verso 11 del Tao Te Ching



El papirofléxico unicornio de Gaff, Blade Runner

DE LA INTERACCIÓN con el mundo es necesario deducir, a menudo, no un abanico de potencialidades, sino una drástica reducción de las mismas; es decir, la selección de las más aptas para sobrevivir en ese mismo mundo cansado y enfermo; torcido, donde nada significa lo que es, sino lo que representa.
     Es decir, una impostura que descree de sí misma, y se fundamenta en una deforme impostación de valores (utilitarismo y demagogia), y de súbditos, que sólo se repliegan a esa indecorosa manifestación de egoísmo en virtud de una viscosa zona intermedia, compuesta –a partes iguales– de miedo e idiotez.
     Por lo demás, unos y otros rehúsan discutir (porque no discuten con fundamentalistas), perfectamente refractarios a conocer (reconocer) la insondabilidad de sus profundamente descorazonadores abismos de sombra y vacuidad.
     Igual que vampiros, viven de chupar a otros la sangre; e, igual que vampiros, su existencia se desvanece, al contacto con la luz, y su pálida y quebradiza anatomía se desinfla y se reduce, rápidamente, a cenizas.
     El mejor de los mundos posibles es ahora una de las peores pesadillas imaginables, y como en el ámbito de lo onírico, pataleamos estérilmente en el vacío, intentando liberarnos de una corriente que nos arrastra, con una turbulencia incontrolable, hacia el gran salto de agua (el efecto Iguazú) donde nuestros gritos se ahogarán en el magnífico estruendo (repararemos entonces en nuestra narcótica complacencia anterior).
     Pero esa corriente nos arrastra a todos, por igual. Parafraseando al Barroco (la oscuridad puede ser equiparable): la muerte y la inercia nos igualan. También los ricos avanzan –con movimiento progresivamente acelerado– hacia el vacío. Por más botellas que se descorchen en el trasnochado salón donde sigue cantando la momia de Raphael, el Titanic se hunde.
     A veces, buscando vida extraterrestre, ignoramos una pregunta previa: “¿merecería la pena, realmente?” Sé que alguien lo expresó mejor que yo, pero el escenario puede retrotraernos a la caverna de Platón: las sombras son ahora mercancías; el muro es la televisión, los media; y el poso de sedimentos de excrementos de murciélago en el que moramos, la economía de mercado, las ofensivas sucesivas del neoliberalismo y sus fétidos acólitos (FMI, Banco Mundial, BCE, etc.,) para hundirnos en el légamo de la esclavitud y el analfabetismo. La desprotección, el analfabetismo, la enfermedad, el miedo: o, el negocio.
     El ser humano podría adaptarse: su vida se acortaría substancialmente, pero como dijo Gaff -Blade Runner-, "¡Lástima que ella no pueda vivir! Pero, ¿quién vive?" La vida sería Auschwitz, un campo de concentración, del que, no cabría la más mínima posibilidad de escapar o sobrevivir. Es decir, el fin de la esperanza.
     Y después de todo, qué suerte tan dramática, tristes hipotecados aferrados como lapas a sus tétricos trabajos (el látigo restalla en sus espaldas, de las que manan incesantemente lentos regueros, sobre profundas cicatrices encallecidas). Al final, hubieron de pedir una hipoteca inversa para operarse lúgubremente en la India del cáncer que los mató lenta, pero implacablemente. “De todos modos, como dijo Gaff, ¿quién vive?”
     Y sin embargo, en este artículo, hay mucho más espacio blanco que surcos horadados de escritura. Y la rueda nunca girará (tao chino) sin el espacio vacío del buje, en el que convergen los radios. Hay algo que esos parásitos nunca podrán patentar: la imaginación. Porque es ella justamente la que nos hace humanos, y nos permite avanzar, a través de la oscura noche cósmica. Pero la imaginación no pasa el día colgada, boca abajo, sesteando en el interior de infaustas cuevas oscuras y pestilentes.
     A la imaginación le gusta volar en espacios libres, y surcar los cielos, buscando los más bellos amaneceres, allí donde la luz y la vida chispean en una pletórica algarabía de aromas y colores nunca patentados. Lejos, muy lejos de la calaña neoliberal y su inframundo de carroña.
    
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"Pero, quién vive" (La peor de las pesadillas imaginable) por José Icaria se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en joseicaria.blogspot.com.


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HACIA UNA MAYOR HORIZONTALIDAD Y TRANSPARENCIA (LIBRO POETAS DEL 15 M)
Septiembre de 2011
Correo enviado a los editores y diferentes poetas participantes en POETAS DEL 15 M,  manifestando nuestras discrepancias respecto al modo en que se estaban llevando las cosas. El mail corrió con la pólvora, los editores no respondieron a todas las preguntas y optaron por ponerse a la defensiva. Algunxs poetas optamos por desvincularnos, finalmente, del proyecto.

Hola a todos desde Barcelona. Ilusionados con el proyecto. Nos reunimos poetas que no habíamos tenido oportunidad de conocernos anteriormente, lo cual resulta muy estimulante, esto se amplifica exponencialmente cuando pensamos en los, las poetas del resto de sitios.
Pero (hay un pero), de hecho, hubo un consenso absoluto entre los poetas que nos reunimos en la incomodidad que sentíamos respecto a la forma en que se habían llevado a cabo ciertos aspectos relativos a la edición del libro: la confección unipersonal del prólogo (hacer aportaciones no es lo mismo que confeccionarlo entre todos); el diseño recurrente de los títulos (inspirado en la fuente de V de Vivienda: son letras de obras, en su momento tenía sentido, pero no se acaba ahí el diseño gráfico).
Pero sobre todo, nos parece que la edición se ha apresurado en un momento en que había bastante gente de vacaciones, o en actividades solidarias o reivindicativas, y nos hemos perdido decisiones importantes que nos afectan a todos.
Resumiendo, nos gustaría que hubiera mayor horizontalidad, y que las decisiones se tomaran de una manera más comunitaria (esto se correspondería, ciertamente, mucho más con el supuesto espíritu del 15 M que decimos defender).
En segundo lugar, nos gustaría que hubiese una transparencia absoluta en cuanto al papel de la editorial (no se nos preguntó si necesitábamos una editorial, que hubiese sido una opción, tampoco se nos preguntó si queríamos destinar un porcentaje de los beneficios a la causa del 15 M, o para apoyo a detenidos, etc.)
En aras de esa transparencia, nos gustaría conocer detalles periódicos y actualizados de las siguientes cuestiones:
  •  ¿Cuántas copias se han editado?
  •  ¿Cómo se está promocionando el libro?
  •  ¿Coste de la edición?
  •  ¿Cuantos ejemplares se han vendido?
  •  ¿Qué cantidad se está destinando a la edición de qué autores noveles?

¿Qué criterio se utilizó para determinar el precio de cada ejemplar? Sí parece un precio redondo, pero no especialmente asequible.

Sinceramente, nos gustaría que se adjuntara esa explicación, por ejemplo en la página web de Poetas del 15 M, o en alguna parte de la web de la editorial, de forma que pudiéramos vincularla fácilmente en internet, para mostrarlo a los lectores de los llamados poetas del 15 M.

Creemos que es importante no sólo lo que se hace, sino también cómo se hace (tanto por ética personal como colectiva), por lo tanto, consideramos que es necesario que se abra el debate e invitamos a todas a participar en él.

Para ello hemos abierto el siguiente foro:


Saludos a todxs, vamos lentos, porque vamos lejos


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Modelo de reclamación para la huelga de controladores (o carta a los Reyes Magos de Oriente)
[08.12.2010]

Queridos papá Gobierno y mamá Aena:

Este año he sido muy bueno y no he protestado por el expolio de los bancos ni por los recortes sociales y laborales: el día de la huelga contra la reforma laboral no fui a trabajar porque estaba en el paro, pero me quedé en casa jugando a la play, pensando que mataba antisistemas; en cuanto a las últimas medidas tomadas junto a los tiiitos empresarios también las encuentro muy oportunas, ya que ellos nos dan de comer y para que haya trabajo se ha de hacer todo lo que digan, y además, cuanto tienen lo han ganado con nuestro sudor, y no me importa  que sean duros con toda esa panda de vagos y sinvergüenzas que están siempre protestando, ni que se lleven el dinero a Suiza, si al menos me dan un trabajo, aunque sólo sea de seis meses y luego me despidan para volverme a contratar.
Además, siempre intento ahorrar, sobre todo en inteligencia, y nunca tengo demasiadas neuronas encendidas, sino sólo las justas para ver el fútbol o escuchar a los famosos, porque ellos se han hecho ricos pronto y todos los niños buenos deben seguir su ejemplo, aunque fumen y beban y esnifen cosas y sean unos tontos del culo. Pero ricos, que es lo que importa.
 Por eso me gustaría que les cortaran las manos a todos los controladores (y se las volvieran a coser) para que aprendan y no vuelvan a castigar injustamente a los niños buenos con dejarles sin vacaciones, ya que se han portado bien todo el año y cuando les preguntan siempre responden que la culpa es de los moros y de los sudamericanos, porque a ellos bien que les dan ayudas, y no a nosotros, que somos los de aquí, como dice mi mamá (yo me fijo bien y todo lo aprendo: no hablo de los ricos, porque, como dice también mi mamá, está muy feo señalar, y tengo que hacer todo lo que digan los mayores, aunque esto no me cuesta mucho, porque también en la escuela le pegamos siempre al más débil, no sea que un día nos empiecen a pegar a nosotros).
También me gustaría que, para los reyes, me trajerais la madelmán chacón con tetas de silicona talla XL y las Finanzas de Casino de Geiper. Además, quisiera saber si hay algún juego para la play que consista en matar huelguistas con tanques del ejército o hacerles poner a trabajar con guardia civiles que parezcan clicks de famobil con tricornio.
Y por último rezaré un “mercado nuestro que estás en los cielos…
… y no nos dejes caer en el paro, más líbranos de pensar,
Amén".




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Lecciones de baile: la técnica del "spotting" 

[09.12.2010]


Es cierto que vivimos unos tiempos confusos -el desenlace se precipita- en los que es difícil precisar el grado de certeza de cuanto llega a través de los medios de comunicación. La mentira se disfraza una y mil veces y nos invita a participar en un vertiginoso baile de máscaras, convencida -se muestra perfectamente segura de sí misma- de que escogeremos un o una partenaire equivocado/a, o que la náusea nos impedirá siquiera despegarnos del sillón, resignados al lamentable papel de las feas criticonas.
Por otra parte…, recuerdo -en primer lugar- una actuación del genial Leo Bassi en que, a pesar de haber prevenido a su público del riesgo que corría de ser sugestionado, al cabo de sólo unos minutos –y de unos aplausos que no quiso alargar más de lo debido- el pallaso –como le gusta ser reconocido- confesó tranquilamente que los voluntarios a los cuales había sometido -a través del poder de la hipnosis- y obligado a realizar algunas acciones chocantes, aparentemente en contra de su voluntad, eran en realidad, dos amigos suyos. “No os creáis nada, absolutamente nada, aunque suceda ante vuestras propias narices. No deis nunca nada por sentado”.
Recuerdo también los días del referéndum sobre el tratado de la constitución europea, y una vez más, el circo mediático, la convergencia de opiniones, el deliberado espejismo del preámbulo y la lista de los libros más vendidos, con las colecciones de recetas de cocina en cabeza. Y, junto a ello,  la voz en off, las sabias palabras de una anciana andaluza en una emisora de radio, probablemente de corte generalista: “yo no sé mucho de casi nada, pero una cosa la tengo bien clara: si el pp defiende el voto favorable, yo votaré en contra, porque no puede ser que nada que sea bueno para el pp lo sea también para mí”. Exacto: puro sentido común. (Y quien dice pp dice josefa).
Por último, pienso en los bailarines que mantienen la cabeza fija en el espacio mientras su cuerpo gira debajo, como una veleta bajo un fuerte viento (esta técnica recibe el nombre de spotting). En realidad, se trata de retrasar la velocidad de rotación de la cabeza con respecto a la del resto del cuerpo; durante su ejecución, hay que fijar la vista en uno o varios objetos circunstantes. Gracias a esta técnica se consigue prevenir la desorientación causada por la pérdida del enfoque visual, así como reducir notablemente la sensación de mareo.






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La solitud
[02.12.2010]


La solitud s’escampa, com una taca negra, sobre cada cop més i més gent. El mitjans d’entreteniment estoven el cervell, amb la seva galeria de personatges estrafolaris; els mitjans de comunicació desinformen, amb les seves agències que compren o fabriquen successos, xafarderies de famosos, o que fan publicitat encoberta, sense molestar-s’hi gaire en contrastar aquestes suposades informacions.
Hem après a sentir-nos responsables dels nostres èxits i fracassos, encara que sovint estiguin condicionats a les decisions econòmiques i polítiques d’una elit no gaire receptiva ni molt menys transparent. La inseguretat augmenta en societats cada cop més desiguals; la pobresa s’escampa arreu del món i desembarca, per fi –tal com durant dècades els immigrants que ara fan tanta nosa- a les ribes dels països rics, on les seves classes mitges s’enfonsen irremissiblement.
L’estrès, la por, ofusquen i aïllen els integrants d’una població que ha estat llargament sotmesa a una violència callada i silenciosa, però no per això menys palesa. L’atur, acceptat com una condició inherent a les nostres societats, es converteix en un malson, un monstre feroç, l’alè del qual sentim constantment al clatell, sobretot quan escoltem a la ràdio, quan llegim als diaris, les últimes mesures decretades pel govern, la pressió dels mercats sobre la nostra economia, la pujada de l’euríbor.
És l’anomenada modernitat líquida, una societat condicionada per la por i l’aïllament dels seus individus, els quals han estat educats en el si de la “meritocràcia”, en la creença que poden negociar directament les seves condicions laborals amb els representants dels estaments superiors, que, dit sigui de pas, actuen sense cap mena de regulació ni d’escrúpols, malgrat els seus desgavells, els quals –per acabar-ho d’adobar- els fan pagar a les classes més desfavorides.
Solitud. Als cartells electorals, que pengen dels fanals -com fruits madurs- en temps d’eleccions; als camps de futbol, entre el soroll i l’alè a cervesa dels aficionats; al silenci amenaçador de l'oficina el dilluns al matí; als perillosos últims dies d’estiueig de la família; als castellers horitzontals dels vagons de metro a les hores punta; als lavabos dels instituts, on les noies vomiten el que han menjat al descans: “ningú va dir que ser una princesa fos fàcil”; als seients dels parcs on es troben els aturats de llarga durada amb aquells que encara no ho han dit a la família; a les finestres dels edificis, on palpita sincopadament la llum dels hipnòtics raigs catòdics fins avançades hores de la nit. A l’obscura cambra on, puntualment, ressona el rellotge despertador, en complir el planeta, la seva oportuna rotació.


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Tanta tinta tan tonta

[12.12.2010]

      Es difícil para un “hacedor de versos” exponer su propia poesía. Sé que nunca he rehuido el compromiso, y que mis versos se han manchado a menudo con el hollín y la sangre que miramos sin ver. No hay condescendencia alguna ni tampoco concesiones. Las estrofas se encadenan con la intención de deshacer la permanente trama de falacias que a diario hilvanan los medios de comunicación, a la vez que intentan resquebrajar la gruesa capa de hielo bajo la cual presumimos todavía alguna clase de vida inteligente.
     Pero tampoco podemos traicionar a la poesía, ese milagro de luz y de magia, de ritmo y de palabras, cuyo misterio sobrecoge y nos deja sin explicación a las mismas puertas del hallazgo. Ello explica que haya sacrificado tanta tinta tan tonta, tanta tinta tan tonta, tanta tinta tan tonta… El ritmo es el vehículo: las puertas se abren, o permanecen entornadas unos instantes… Uno ama la palabra, como el artesano a su oficio, e intenta pulirla –puliendo su espíritu- a través del tiempo y la experiencia, o aguarda simplemente el inusitado destello de una estrella fugaz (pero no aparece el uno sin la otra y viceversa, ya lo dijo Picasso).
     Por último, debo decir que la mayor parte de mi poesía (aquella que atraviesa mis rigurosos controles de calidad, y también aquella que se filtra sin que me percate), permanece inédita: mis relaciones con el mundo siempre han sido complejas, y a menudo, he preferido como Bartleby, no hacerlo. Amo la poesía, en sí misma, con la misma pasión que les supongo a aquellos con los que comparto el momento.



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Un país de joselitos

[04.12.2010]


Érase un país de joselitos, de niños artificialmente demorados en sus crecidos cuerpos y en sus adultas fisonomías, que vivían ajenos a sus destinos y a los del resto del mundo en uno de esos países de nunca jamás, lleno de chupa-chups sin calorías y de chicles de diseño con aspartamo; de famosos y famosas de playmobil, con sus carnes de silicona y su pequeño repertorio de locuciones grabado en un minúsculo disquete; de interminables partidas de futbolín, que se prolongaban a través de los siglos, y dónde ya no importaba tanto ganar, como el hecho de continuar jugando; de bodas, bautizos, banquetes y comuniones: me costó una fortuna… por suerte; de guiris que se orinaban en la pernera de los ancianos y de africanos que tenían la desagradable costumbre –nadie interrumpía ya el baño por ello- de venirse a morir en sus playas;  de pelotazo –la cárcel no era sino otra de las casillas del tablero-, corrupción, dinero negro, burbuja inmobiliaria (ya se sabe, la palabra que más le gusta a los niños es mío); de acoso escolar y laboral (también es sabido: nadie tan cruel como los niños); de descomunales televisores de plasma donde la vida transcurría siempre en plácidos remansos, ignorando las corrientes y el curso alto de los ríos.
Nadie podía culparles, habían pasado la vida sentados ante un teatrillo catódico, dónde la realidad era hábilmente sustituida por un videoclip o una telecomedia, …un documental de animales, a lo sumo, que no hacía sino mostrar lo que todos sabían: que la naturaleza era cruel y acostumbraba a ganar el más fuerte.  Les habían hecho creer que podían mantenerse eternamente jóvenes a base de cremas y afeites, de implantes de silicona y chorros faciales de votox. Las opiniones políticas más extendidas eran: “así es como está montado”, “qué se le va a hacer”, “al final, el pez grande se come al más pequeño”, y otras por el estilo, cuando no les daba por despotricar contra sus semejantes: “pagan justos por pecadores”, “si es que hay mucho abuso”, “qué vergüenza, si parecían ministros, con esos sueldos”; y siempre acababan con el consabido “en fin, ya hemos arreglado un poco el mundo”, mientras aguardaban que el camarero llegara con la cuenta.
Les habían contado historias maravillosas: entre ellas, sobresalía sin duda la de la Transición, una era mitológica en la que los malos de antaño (pero no eran realmente malos     -todo estaba muy confuso-: se podía decir que nadie era completamente bueno ni completamente malo; en el fondo, todos habían cometido barbaridades y no era cosa de ponerse ahora a investigar, lo cual sólo llevaría a reavivar viejos rencores -aquí se notaba de nuevo, la influencia de Lewis Carroll-, cuando ahora se estaba tratando de construir un futuro justo y democrático para todos, etc.) y los buenos se sentaron a negociar en una mesa más o menos redonda: eran los Padres de la Constitución (aún no había aparecido la pitufina ni la LEY ORGÁNICA 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, por lo que a nadie sorprendió ese misterioso parto sin intervención femenina, acaso dotado de cierto componente sagrado, que equilibraba sin duda la posible jocosidad de los múltiples padres). Pero lo más impresionante de todo era la noche mágica de reyes, en la que un guapo y aguerrido monarca, descendiente de las estirpes impresionantes que habían sometido al mundo, se enfrentó en solitario a un ejército de tanques y dragones, de monstruos infernales que habían emergido de las tinieblas para robarles la libertad y la democracia a los pobres niños españoles.
Y, qué pena, porque todavía quedaban por contar las fabulosas historias de la CEE  y la zona euro, de la Otan y sus ejércitos humanitarios, de la Guerra de Irak y su reconstrucción, de la conquista de Perejil y la cocina de diseño, del euro, el dólar y la globalización, de la autorregulación de los mercados y las hipotecas sub-prime, del FMI y del Banco Mundial,  del G7, el G8 y el G20, pero, para entonces, los niños dormían ya profundamente, zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.[1]



[i] Horas después de redactar estas líneas –haré uso de este recurso a lo noveau romain- he visto, en un dvd que tomé prestado de la biblioteca, la película del realizador vasco Montxo Armendariz Secretos del corazón, con la cual, no sólo he disfrutado, sino que he tenido la oportunidad de reflexionar sobre un aspecto relacionado con lo que había escrito anteriormente. En efecto, hay una diferencia crucial entre los niños de verdad y los joselitos: el misterio, la fascinación por lo desconocido, que caracteriza a los primeros, ha desaparecido casi por completo en los segundos, o bien ha sido sustituido por la mentira y el fingimiento.




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Los controladores de Barajas por José Icaria se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.