Éramos puros e inocentes, pero ya no
Éramos puros e inocentes,pero ya no.En nuestra mirada,refulgía la llamaesplendente y blancade la pureza ilimitaday la inocencia.
Nos hablaban de crímenes,atrocidades pasadas,pero el nuestro era un mundoesplendente y blancode pureza ilimitada.
Pero ya no.
Ha habido guerras y epidemiasadosadasal envés de la espalday, de ser una carga,pasaron a nutrirnos.
Nos estaban esperando:¡Adelante!Vamos, si está muy rico,toma otra cucharada:zumo de niños muertos,para que crezcan fuertesy sanos los niños buenos.
Pero ya no.
Hemos vendido a sus hijos,prostituido a sus madres,asesinado a sus padres(fomentando guerras lucrativas),diezmado poblaciones enteras(traficando con recursos básicos),expoliado países,desgarrado naciones,tantas, tantas atrocidadesque, de nuestra boca,no cesa de manar sangre.Y, por mucho que querer queramosjugar al juego blancode la pureza esplendente y blancay la inocencia,nuestras manos,torvas y ensangrentadas,no saben ya donde esconderse,y nuestra mirada,criminal,torva y ensangrentada,de niños que se hicieronaltos y fuertesbebiendoel zumo de la muerte,
no sabe ya donde esconderse,sumida en unos párpadosque rezumanoscuridad y muerte:cifras e informes,nichos y simas,avenidas y mares,sobre los que cabalgafrenética la muerte.
Y, qué queréis que os diga:ya no, mis odiados cómplices,ya no.
José Icaria
Destrucción, mentira y una pequeña dosis de esperanza, constituyen los tres planos sobre los que se alzará esta especie de libro desplegable de nuestro tiempo, caracterizado por la precariedad, que afecta, no sólo a las condiciones de vida, sino también, y más íntimamente, a nuestra propia esencia humana.
http://malestarenelparaiso.blogspot.com.es/
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