lunes, 4 de junio de 2018

La esperanza ha nacido muerta, fragmento


Fragmento del poema que da título al libro e información a la que hace referencia. Supe del asunto a través de madres de la organización Sos Bebés Robados:


La madre de una niña supuestamente robada pide que declaren Margarita Robles y Núria de Gispert

El caso se archivó el año pasado, pero Clara Alfonsa  Reinoso acaba de aportar nuevas pruebas para intentar reabrirlo. En 1987, la jueza de Menores que la tuteló mientras estaba embarazada fue Margarita Robles, hoy diputada socialista. Tras el parto, le dijeron que había tenido un niño muerto. Pero era una niña y fue dada en adopción a una pareja amiga del hermano de Núria de Gispert, expresidenta del Parlamento de Cataluña, que por entonces era un alto cargo del Departamento de Justicia. Clara pide que ambas testifiquen para aclarar su relación con el caso. 

No busca venganza sino justicia. Así lo sostiene en el escrito que acaba de presentar Clara Alfonsa Reinoso (Mataró, Barcelona, 1972) en el Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona para que se reabra su caso, uno de los más emblemáticos para el colectivo de niños robados. Porque, 26 años después de dar a luz a un niño muerto, según le contó la ginecóloga, Clara encontró la verdad: había tenido una niña, y no un varón, que no había fallecido, sino que fue entregada en adopción sin el consentimiento de la madre. Aquella niña, ya adulta, la buscó mucho tiempo y la encontró en 2013. Madre e hija mantienen hoy una buena relación.
En la adopción de la hija de Clara “se cometieron graves irregularidades e indicios de que podría haberse engañado a la querellante diciéndole que tuvo un niño muerto ”, según afirmaron los magistrados de la Audiencia Provincial de Barcelona, que pese a eso, acabaron archivando la querella de Clara Alfonsa Reinoso en mayo de 2016.
Ante el “incomprensible” rechazo de los jueces a valorar como delito la separación de madre e hija, Clara Alfonsa aporta nuevas pruebas –más bien, “nuevos razonamientos de peso”, según su letrado, Guillermo Peña–, que apuntan a personajes muy conocidos de la política, como son Margarita Robles, portavoz parlamentaria del PSOE y exjueza, y Núria de Gispert, expresidenta del Parlamento de Cataluña.
La primera era jueza decana del Tribunal Tutelar de Menores de Barcelona en 1987. Fue Margarita Robles quien ordenó, el 18 de mayo de ese año, poner bajo tutela a Clara Alfonsa, de 14 años, embarazada, por los graves problemas que sufría la menor en su familia: el padre, alcohólico, y la madre, “analfabeta, que trabajaba en una barra americana”, consta en la querella de Clara, que entiende que la medida de la jueza de internarla en la Casa de la Jove –institución benéfica católica que atendía a jóvenes con problemas– fue acertada.
Sin embargo, el 10 de julio de 1987, tres semanas después de dar a luz, la jueza Robles decretaba el final de la tutela para Clara, sin que hubiera cambiado ninguna de las circunstancias familiares que motivaron la intervención del Tribunal Tutelar de Menores, según consta en la querella, y alegando como motivo de su decisión que “la menor está próxima a cumplir los 17 años de edad”. Un dato incorrecto, ya que la joven acababa de cumplir los 15. Clara Alfonsa Reinoso tuvo que abandonar la Casa de la Jove y refugiarse en casa de un amigo, que con el tiempo se convirtió en su esposo.
“El Tribunal de Menores me dejó absolutamente desamparada, en la calle. Una vez que tuve a mi hija y que me engañaron diciendo que era un niño y que nació muerto, les debía correr prisa quitarme de en medio, no fuera a ser que me enterara de la trama y reclamara a la niña”, explica a interviú Clara Alfonsa Reinoso.
Pero no es por este motivo por el que reclama al juzgado que interrogue a Margarita Robles en calidad de testigo, sino porque considera Clara que el tribunal que dirigía entonces la hoy diputada socialista “fue el nexo de unión” de todos los implicados de la presunta trama, desde las asistentes sociales que la custodiaron hasta los abogados que tramitaron la adopción de su hija.

Informe revelador
Y lo cree en base a un informe al que ha tenido acceso, firmado por Mercedes Porrera, que en 1987 era la directora de la Casa de la Jove. En dicho documento, Porrera afirmaba que se había entrevistado con la jueza y que “después de una entrevista con ella se decidió dar de baja a la menor de la Casa de la Jove ya que en Calella –municipio de Barcelona– contaba con vivienda y una familia a la que se sentía vinculada”.  Clara lo desmiente. “Es absolutamente falso. En Calella ya no vivía mi familia. Mi madre estaba desaparecida y mis hermanos, tutelados e internados en centros de menores. El único que seguía en la casa era mi padre, que me pegaba palizas. Yo no podía volver allí”, cuenta Clara.
Margarita Robles ha declinado hacer declaraciones a esta revista sobre este asunto “porque no puede comentar todos y cada uno de los casos que ha llevado como jueza”, dicen desde su gabinete de prensa.
A Clara Alfonsa Reinoso sí que le dirigió unas palabra la diputada socialista, el pasado mes de agosto. “Me la encontré en la calle y le pregunté por mi caso. Estaba enterada de mi lucha en los tribunales. Me quedé pasmada cuando me dijo que no me podía ayudar, que de aquello había pasado ya mucho tiempo. De sobra sabe que el delito de detención ilegal no prescribe. Quiero que se investigue hasta el final y que la justicia encuentre a los culpables”, explica Clara.
También se reunió Mercedes Porrera, según su propio informe, con la abogada Teresa Cervelló –ya fallecida, que fue magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña–, casada con Ignasi de Gispert. Ella fue quien sacó a Clara de un centro de menores público y la internó en la Casa de la Jove. Cervelló era amiga de la entonces asistente social Cristina Rimbau, que acabó adoptando con su pareja a la hija de Clara. De hecho, la propia Rimbau acompañó a Clara a visitar al ginecólogo. Según manifestó Rimbau ante el juez, fue Teresa Cervelló quien le informó de que había una menor tutelada que deseaba dar en adopción al fruto de su embarazo.  Aseguró también al juez que Cervelló se enteró de la existencia de Clara Alfonsa porque se lo dijeron en el Tribunal de Menores.

Sin consentimiento 
Por lo tanto, según el letrado Guillermo Peña, el tribunal dirigido por Robles en 1987 “podría ser el epicentro” de la supuesta trama que acabó dando en adopción al bebé de Clara, y por eso pide que testifique la portavoz socialista.
Clara Alfonsa no quería dar a su bebé en adopción. “Si así lo hubiera deseado, me hubiera acogido al parto anónimo que existía entonces o lo hubiera manifestado por escrito, como exigía la ley”, dice esta mujer. Pero no ha aparecido ninguna renuncia de Clara respecto a su bebé ni su consentimiento para una posterior adopción. “¿Cómo iba a haberlo si me dijeron que era un niño y  que nació muerto? Por eso me engañaron, porque sabían que yo no quería dar al bebé en adopción”, denuncia Clara Alfonsa.
Una de las pruebas más importantes con las que cuenta esta catalana es la confesión del padre adoptivo de su hija. El sociólogo Jordi Estivill, ya separado de Cristina Rimbau, afirma en una carta entregada a Clara que el hecho de no estar casados “dificultaba mucho seguir la vía legal”. También dice que la pareja conoció la posibilidad de adoptar “atípicamente” un bebé gracias al matrimonio formado por Ignasi de Gispert y Teresa Cervelló; que se programó el parto para el día 18 de junio de 1987 y que se les entregó a la niña el mismo día de su nacimiento; que se fueron de la clínica en el coche de unos primos suyos para evitar problemas con la familia de la madre.

Interviú: http://www.interviu.es/reportajes/articulos/la-madre-de-una-nina-supuestamente-robada-pide-que-declaren-margarita-robles-y-nuria-de-gispert

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