Tortuga atrapada en un "hashtag" de twitter.
Esta noche, y con la claridad que da el sueño,
empecé a pensar en el lenguaje, en las palabras, como otro factor de
contaminación, en el que quizá no habíamos reparado lo suficiente.
No era sólo el vomitivo discurso de los políticos, las limitaciones
mentales y culturales, el cinismo a ultranza que sólo traslucía el
afán por el lucro y el poder. Ni el poder de la publicidad, como un
constante encantador de serpientes, haciéndonos bailar a su antojo.
Era también la constante verborrea que las
nuevas tecnologías, a través sobre todo de las redes sociales,
producen diariamente en cantidades aberrantes. De repente, observé
islas, como nubes de palabras, en medio del océano. Estómagos de
cetáceos repletos de indigestas palabras clave, comentarios de
artículos, tweets, wasaps, emoticonos… Tortuguitas que morían con
el cuello apresado por etiquetas de twitter...
Mientras, en las ciudades, la gente respiraba a
diario prensa en mal estado; inoportunos wasaps informando sobre
actos reflejos; tweets, comentarios de facebook, instagram…
repletos de tanto narcisimo que llegaba a producir ahogo en la
población. Las palabras, que fluían a todas horas a través del
cableado de red, causaban aluminosis en los edificios.
La naturaleza, desatada, se prodigaba en tifones,
huracanes, vendavales de palabras, que azotaban, con sus
turbulencias, los elegantes formatos preestablecidos o
personalizados; el nivel del mar subía cada año y se temía que
numerosas ciudades desaparecieran anegadas bajo la verborreica
inundación...
@joseicaria
Nubes de palabras por José Icaria se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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