Mi cuerpo, como un inmenso continente donde se libran todas las tensiones del Mundo. Volcanes. Temblores. Sequías. Monzones. Mi cuerpo, mi cuerpo, mi cuerpo, como una llama inextinguible que arde siempre en algún punto, como una llaga aborrecible sin pudor abierta al mundo, como un oído inmenso abraza el llanto, el sufrimiento. Mi cuerpo, osario de fosas comunes y campos de concentración, vertedero, donde los hombres sepultan sus fétidos escombros, cultivo de virus, olla a presión, donde gritos y gestos de horror son entrevistos, a través de cortinas de humo y destellos de neón. Mi cuerpo, como un juguete viejo y olvidado, las tripas del cerdo que fue -y yace, degollado- secándose al sol, para preparar embutidos que alimenten |
Suite para piano en do menor, cola para genocidio vals de muertos.Musicoplastidrama. Velpister Peter Jensen
Está muy bien, me gusta mucho el poema, y gracias por la difusión
ResponderEliminarabrazo
Un placer. Abrazo
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