Ayer el centro histórico de Barcelona ha vuelto a acoger nuestra indignación.
Más de un millar de personas hemos salido a la calle, hemos vuelto a tomar Catalunya, una plaza que es del pueblo, que es nuestra. Desde allí, hemos descendido por las Ramblas hasta la calle Ferrán para llegar a la plaza Sant Jaume donde hemos hecho un minuto de silencio. De allí hemos avanzado por la vía Laietana y hemos llegado a Pla de Palau. Una vez más. Pero esta vez el destino es la delegación del Gobierno. El mismo al que pertenece el Ministro del Interior. Su señoría es responsable de lo acontecido anoche a ciudadanos que se manifestaban pacíficamente y periodistas que cubrían lo ocurrido.
De nuevo la policía se ha excedido como conocemos ya en Barcelona. La puerta del Sol les tenía ocupados y la situación ha sobrepasado su capacidad de razonamiento. La violencia policial ha sido su “solución”. Las autoridades se concentran en reprimir nuestras quejas en lugar de dedicarse a arreglar los problemas que tenemos y sufrimos por su misma ineptitud. Uno de ellos desde una poltrona muy cómoda, con que desfachatez, se ha atrevido ha decir que “los problemas no se solucionan con acampadas”. Pero como todo el mundo puede comprobar tampoco desde sus cómodos sillones. No llevamos ni tres meses y se nos ha pedido incluso soluciones. Ellos llevan toda la vida y lo único que vemos es que empeoran las condiciones de vida de los ciudadanos. Y para colmo alguno como el señor Bono se atreve a dar consejos demagogos.
Madrid no estás sola. Ni Madrid ni todas las localidades de Europa y el mundo que cada día albergan más indignación ante la cada vez mayor injusticia social y corrupción de esta sistema al que llaman democrático pero que controlan unos pocos. Algunos ya lo veían pero un día, el 15M sucedió. Nos juntamos y para el poder eso supone un problema mayor que el de verdad importa y ante el que no plantean solución mejor que el seguir subyugándonos a una dictadura de la mentira de los mercados, de la deuda y las agencias de riesgo, del capital, de la crisis…
Nos hemos reunido a las 19 horas para rechazar frontalmente la violencia de ayer en Madrid frente al Ministerio del Interior, hacia personas indefensas ante la violencia policial, y ante la violencia estructural que día a día aumenta por medio de los recortes sociales, de los privilegios bancarios, menguando nuestros derechos fundamentales. Gente indefensa pero sin miedo frente a los golpes de los agentes antidisturbios que también sufren recortes en sus sueldos y derechos laborales mientras acatan las órdenes sin cuestionarse si son justas.
Como han declarado nuestros compañeros allí presentes, la violencia ha sido injustificada contra una ciudadanía que tiene todo el derecho a manifestar su hartazgo de la farsa a la que diariamente estamos asistiendo. Porque, no nos olvidemos, nuestra indignación, la de todas las personas que llevamos meses reclamando más democracia y justicia social, no es caprichosa o gratuita. Las autoridades hablan de crisis, de deuda, de primas de riesgo, de planes de rescate, de recortes, de ajustes… Pero no van a la raíz del asunto. La gente indignada sí, y eso les molesta. Pues que se lo piensen mejor, porque somos multitud y cada vez seremos más.
¡Seguim!
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