Tras los últimos resultados cosechados por el F. C. Barcelona, que,
como todo el mundo sabe, lo han dejado sin posibilidades en la Liga (BBVA) de
Fútbol Profesional y lo han eliminado de la Champion, se ha abierto un debate profundo entre numerosos culés, que han comenzado
a plantearse la necesidad de abordar otro tipo de problemas (más allá de
los estrictamente deportivos o de negocio), dada la dramática situación que
vive el País.
En este sentido, el propio Guardiola, y, con la elegancia que lo caracteriza, anunció
en la rueda de prensa posterior al partido que “no sempre hem de fotre les culpes a Madrid, de vegades, hauríem de
preguntar-nos sobre la nostra propia responsabilitat en tot el que ens està passant”.
A continuación, invitó a tomar la palabra
a Arcadi Oliveres, que aceptó sorprendido mientras Josep ocupaba el asiento
que había dejado el economista y hacía gestos a los periodistas para que
tomaran notas.
Otro hecho que llama poderosamente la atención
fue lo ocurrido tras el partido. En
numerosas peñas se celebraron –hasta una hora avanzada de la noche: ¡cuántos
culés han acudido hoy al trabajo con ojeras!– coloquios alrededor del tema (aunque no se nombró explícitamente) del
fútbol como opio del pueblo, y se
enunciaron propuestas para canalizar la
energía desaprovechada (aquella que desaguaba en el catártico rito semanal),
hacia movilizaciones generalizadas que
llevaran al grueso de la afición al terreno de juego donde realmente se
disputaban los encuentros que importaban, es decir, el infinito partido de
ricos contra pobres, donde, dicho sea de paso, los árbitros siempre iban con
los primeros.
Idéntica situación se produjo en el vestuario del Barça, donde, los
jugadores (todos ellos grandes aficionados a la Filosofía), permanecieron hasta primera hora de la mañana –el café sustituyó al
champán de las celebraciones de antaño–
debatiendo sobre la necesidad de restituir al fútbol al nivel que le
correspondía, dado que, con toda probabilidad, había excedido en mucho los
límites. En ese sentido, Xavi se mostró
partidario de llevar a cabo una exhaustiva auditoría en las cuentas del fútbol,
mientras que Iniesta se pronunció a favor de sacar a la luz el dinero negro que
los jugadores habían evadido a través de paraísos fiscales. Por su parte,
Pujol propuso que podían llevar un anagrama en la parte trasera de los pantalones
que dijera: “Bisca el Varça”, como una forma creativa de llamar la atención de
los padres hacia los recortes que se estaban produciendo en educación.
Por otra parte, todo ello contrasta con la actitud de la directiva, que esta mañana,
después de reunirse con Durán i Lleida,
anunciaba en rueda de prensa, a través de Alexandre Rosell, presidente del
Club, la posibilidad de que el Camp Nou
se convirtiera en un campo de concentración para inmigrantes, aunque sólo en el
caso de que se desatara, entre ellos, algún tipo de pandemia como
consecuencia de los recortes en sanidad anunciados por el gobierno del pp.
Por
su parte, el Conseller de Interior, Felip Puig, ha anunciado, desde su
departamento, que no le desagradaba la idea de convertir el Camp Nou en un
campo de concentración, aunque estaba pensando en otra finalidad…
La Generalitat estudiará la propuesta de convertir el Camp Nou en una biblioteca por José Icaria se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. Basada en una obra en joseicaria.blogspot.com.
www.muestratuscartas.org
Si,
perdió un partido y se desvaneció la ultima excusa para esconderse en
“algo” que permita seguir huyendo de los desastres, Que harán ahora
todos los españoles con su camiseta de 120 euros? La seguirán luciendo
aun a riesgo de ser escupidos por la calle? La gente empezará a
plantearse movilizacion...
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