sábado, 5 de julio de 2014

Para la Cuca




3 comentarios:

  1. Emotiva poesía llena de ternura y melancolía.
    Yo que tengo gato:
    (Bueno, cariñoso, sabio, poeta e inteligente),
    cuando se duerma para siempre lo echaré de menos
    y quizá llore como un niño.
    Por eso te comprendo y te envío un cordial abrazo.
    Desgraciadamente, hay humanos que no merecen una lágrima.

    Antonio Valle Sánchez

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Antonio. Suscribo todo lo que dices. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  3. En Big Sur, Jack Kerouac narra el momento en el que recibe la noticia de la muerte de su gato Tyke: “Habitualmente, la muerte de un gato significa poco para la mayoría de los hombres, mucho para unos pocos, pero para mí, y tratándose de ese gato, fue exactamente (...) como la muerte de mi hermano pequeño –amaba a Tyke con todo mi corazón, era mi niño que de bebé dormía en la palma de mi mano con su cabecita colgando, o ronroneaba durante horas (...) en esa posición.

    ResponderEliminar

Gracias. Ya le llamaremos.