William HARDY, experto en criminología comparada.
PODRÍAMOS sustituir, por otros delincuentes, a los que detentan
actualmente el poder. Veamos qué ocurriría, según el caso.
Un gobierno de pederastas arruinaría la vida de nuestros hijos.
Tal como sucede con el actual.
Un gobierno de maltratadores de género arruinaría la vida de
las mujeres. Tal como sucede con el actual.
Un gobierno de tironeadores de bolsos encarecería la bolsa de
la compra. Tal como sucede con el actual.
Un gobierno de toxicómanos nos mentiría constantemente y
usaría nuestro dinero para sus vicios. Tal como sucede con el
actual.
Un gobierno de pirómanos quemaría nuestros bosques, sólo por
placer. Tal como sucede con el actual (aunque, en este caso, por
interés).
En realidad, un gobierno de psicópatas, de gángsters o
mafiosos sería lo más parecido a nuestra situación actual.
Desajuste empático radical y extorsión y crimen organizado al más
alto nivel.
Desde este punto de vista, tenemos que resultaría recomendable
sustituir, a los actuales, por cualquier otro tipo de delincuentes,
siempre que fuese posible reclutarlos cuando su inmersión en el
crimen es todavía incipiente, o se dedican sólo a una o a un número
pequeño de especialidades.
En cualquier caso, habríamos de considerar que el ambiente no
será el más adecuado para su reinserción, por lo que deberíamos
intentar mantenerlos alejados de esas tentaciones, recurriendo a la
metadona o a billetes usados del monopoly cuando sea necesario.
Consideraciones sobre el crimen organizado por José Icaria se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Todo es posible, no en vano llevamos 35 años eligiendo a los mismos o parecidos H de P (y no parece que la cosa vaya a cambiar mucho).
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