PERSONAS QUE SUEÑAN CON LA CRISIS. CAPÍTULO 1, LOS NOTARIOS
El señor notario tomó su tisana, como cada noche, y apagó la luz de su dormitorio después de leer un rato, como de costumbre. "Un día cargado de trabajo, pero absolutamente lucrativo", pensó: una firma aquí, otra allí, montones y montones de órdenes de desahucio. "Menos mal que vivimos en este país de memos, en otro ya me hubieran partido la cara", y se echó tranquilamente a dormir...
Julián se desveló tres horas antes de que sonara el despertador. Al
observarse en el espejo, advirtió los síntomas clásicos de un cuadro
ansioso. Se veía amarillo y con ganas de gritar. Se duchó, se vistió y
marchó hacia el curro en el que le acosaban con la condiciones más y más
precarias para "quien tiene la suerte de tener un trabajo en estos
tiempos", como oyó decir un día a un tipo trajeado con cartera de piel
que tomaba un café en un bar del centro. (Párrafo 2: Domingo Vital )
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Julián se desveló tres horas antes de que sonara el despertador. Al observarse en el espejo, advirtió los síntomas clásicos de un cuadro ansioso. Se veía amarillo y con ganas de gritar. Se duchó, se vistió y marchó hacia el curro en el que le acosaban con la condiciones más y más precarias para "quien tiene la suerte de tener un trabajo en estos tiempos", como oyó decir un día a un tipo trajeado con cartera de piel que tomaba un café en un bar del centro.
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