jueves, 20 de diciembre de 2012

Rajoy a Der Spiegel: “el fin del mundo no es nada comparado con lo que nos espera”.


La revista 'Der Spiegel' recoge en su edición online las alucinadas declaraciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en las que afirma, en tono jocoso (un registro indudablemente insólito en el presidente), haber sido depositario de una serie de visiones apocalípticas, respecto al futuro de España, mientras permanecía, “en una especie de duermevela”, en la suite de su hotel, durante la noche pasada.
     En ellas, ascendía a los cielos de la Unión Europea, donde atravesaba sendas hileras de mandatarios sedentes hasta descubrir al mesías, el ex-presidente Aznar, como el cordero de Dios, puesto que “resucitó” de un atentado de ETA “para traer a los hombres la buena nueva del neoliberalismo y el fin del estado del bienestar”, como un reducto pagano -en el sentido de que a los ricos no les gusta pagar- al que había que combatir.
     En ocasiones, el propio Rajoy se describe a sí mismo como una reencarnación de Cristo, puesto que afirma haber tenido “en mi mano derecha doce estrellas: las que figuran en la bandera de la Unión Europea”, mientras que “de mi boca salía una aguda espada de dos filos: la espada de los recortes”.
     Por otra parte, afirma haber participado en la apertura del primer sello con el estallido de la burbuja inmobiliaria, planificada por los altos mandatarios celestes y el cordero de Dios, para extender el hambre y la enfermedad en España, mientras que la guerra estallaría a causa de la injerencia del jinete de los separatismos, el ministro Wert (que es también una velada expresión del maligno, puesto que se separa, por una unidad, de la perfección, o Qwert).
     El jinete de la muerte (Ana Mato) cabalgaría sobre los yermos páramos de la Sanidad, después de sucesivas oleadas o trompetazos de privatizaciones. Esas trompetas sonarían también antes de la devastación y sucesiva privatización de cada uno de los llamados “pilares del estado social y de derecho”: la vivienda, el empleo, la educación, la sanidad, la justicia, las pensiones, personas en situación de dependencia…
     Para Rajoy, la Nueva Jerusalén está al llegar, y su ubicación sería en España: una ciudad que descendería del cielo a la tierra y se constituiría en el triunfo definitivo del cordero de Dios, a la vez que supondría el final de todos los conflictos. Una idea que también podría ser interpretada como la teoría del fin de la historia, de Fukuyama (la historia humana como lucha entre ideologías ha concluido, dando paso a un mundo basado en la política y la economía neoliberal, que se ha impuesto a lo que el autor denomina utopías tras el fin de la Guerra Fría).
     “El fin del mundo de los mayas no es nada comparado con lo que les espera a los españoles”, ha añadido Rajoy, antes de dar por concluida la entrevista, según el propio semanario.





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5 comentarios:

  1. Jose, el día de los santos inocentes todavía no ha llegado y hay gente que se lo está tragando. Y ya estamos suficientemente fastidiados para que esta historieta haga maldita la gracia. Sabemos reírnos hasta de nuestra sombra pero hay cosas con las que no se juega. Una de ellas es aterrorizarnos dentro de un estado de terror como el que vivimos.

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  2. Gracias por tu aportación, Isabel, pero, como sabes, la realidad supera a la ficción, que diría Allan Poe. Por lo demás, conviene vacunarnos para que el miedo no nos paralice. Llevamos bastante crisis (léase robo) para continuar anclados en la fatalidad. Saludos

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  3. Sorry Jose. El miedo es lo que paraliza. Y no conoce vacuna que lo neutralice sino todo lo contrario. Nos insensibilizarnos ante la violencia y el abuso (se le llama defensa, ponemos una coraza para que no nos afecte), pero la insensibilización (aparente) hacia el miedo no funciona igual. El miedo va a más y conduce a la desesperación, y al crear una defensa la que se crea es la de la desconexión,o también llamada disociación, que es la que afecta a tantos de nuestros conciudadanos. Luchamos mientras creemos en una salida pero cuando la fatalidad nos supera, entra el síndrome de Estocolmo y ya aceptamos la realidad por mala que sea. Nos conformamos con sobrevivir aunque sea en la más pésima situación. Acuérdate de los experimentos de las ratas y los laberintos. Y la frase que siempre lo acompaña es "hay gente que está peor". Hoy mismo la he escuchado, todo un clásico.

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  4. Así es. Y la opción del artista comprometido es poner el dedo en la llaga (aún quedan artistas comprometidos, aunque el sistema los ningunee; ha habido demasiado dinero repartido desde diferentes manos, con el mismo fin: lograr artistas domesticados). De manera que seguiremos haciendo nuestro trabajo, encantados de sembrar críticas y discrepancias. Pero lejos siempre de permanecer estáticos o complacientes. "Una mañana, después de un sueño intranquilo, Gregor Samsa despertó convertido en un monstruoso insecto..." (El señor Kafka).

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  5. a mi me paralizan las resacas... a ver si cae ya el metiorito ese y me quita el dolor de tarro.

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Gracias. Ya le llamaremos.