Los poetas (Mag Márquez con camiseta negra y José Icaria, con camiseta roja) se enzarzaron, una vez terminado el encuentro y con varios litros de alcohol en el cuerpo, en una controversia poética en la que ambos acabaron desenfundando los revólveres (si, los poetas acostumbran a ir armados, pero suelen disparar versos de fogueo), unos revólveres, en este caso, inequívocamente calibrados y certeros.
Finalmente, se contentaron con hacer puntería con los botellines vacíos de cerveza y salieron del local haciendo disparos al aire, mientras cantaban el bella ciao abrazados y escorándose sucesivamente hacia ambos lados de la calle. Los vecinos, también divididos en cuanto a preferencias poéticas se refiere, apoyaron, desde la banda de los impares, a la poesía del canto, mientras que los de los pares se inclinaron por el cuento.
Sin embargo, la rivalidad podría reavivarse, en cuanto se les pase la resaca...
Mola, mola, poetas con carácter siempre dispuestos a defender su poesía a toda costa.
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