Subido a una de esas hojas otoñales -soy sólo un punto de vista- desciendo sobre la ciudad, y aterrizo suavemente sobre un coche, sobre el barro, sobre el agua enrojecida de los charcos...
Y recorro -sin tiempo- la infinita distancia que me separa de la otra orilla; o giro, de improviso, sobre mí mismo, y avanzo -sin ningún propósito- en cualquier otra dirección...
He llegado a este blog y salvo que te moleste, me pasaré por aquí, como esta hoja, sin ningún propósito, o tal vez seguir volando. Buena luna
ResponderEliminarBienvenida...
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