LA RAE PRETENDE SUPRIMIR EL USO DE LA PALABRA DIGNIDAD EN LA PRÓXIMA EDICIÓN DE SU DICCIONARIO
Los recortes
llegan ahora al idioma: según el estudio del Instituto de Lexicografía, “el
término dignidad está completamente
en desuso, y además, no parece demasiado útil a la retórica publicitaria, como
ha ocurrido con otras palabras exitosamente recicladas, como revolución, rebélate, o explosión”.
Según
declaraciones oficiosas de algunas “mayúsculas”, una población que sólo espera
de sus políticos trabajo -a cualquier precio- para poder pagar la hipoteca no
requiere en absoluto el uso de la palabra “dignidad”.
En total,
podría haber unas mil palabras en riesgo de extinción, siempre que la
publicidad o la propaganda no hallasen una nueva utilidad para ellas.
La
Real Academia Española (RAE) pretende introducir modificaciones sustanciales en
la nueva edición -la vigésimo tercera- de su diccionario, que se iba a
publicar en 2014, coincidiendo con el tercer centenario de la institución, pero
que habrá de avanzarse a una fecha mucho más próxima, todavía sin determinar, según
una resolución acordada por el pleno de los académicos, que al parecer, cuenta
con el respaldo de la Asociación de
Academias de la Lengua Española.
El
motivo de esa última actualización -a tan sólo diez años de la última, la
vigésimo segunda del 2001- estaría enel creciente número de propuestas de adición, supresión o enmiendaque las comisiones académicas vienen
trasladando últimamente al Pleno. El Instituto de Lexicografía ha visto
desbordarse exponencialmente los materiales procedentes de sus fuentes
habituales: el Banco de datos del español, el fichero histórico de la Academia,
las obras de referencia y estudios monográficos pertinentes, así como las
consultas dirigidas a académicos y a otros estudiosos de reconocida solvencia
en el campo del que se trata.
“La rapidez con que se suceden los cambios
en nuestra moderna sociedad conlleva una réplica simétrica en el lenguaje que
los relata, y que a su vez, cambia y evoluciona con ellos”, según la
propuesta del Pleno que, por otra parte, reconocía en ella la plasmación de los artículos primero de los
estatutos de la RAE y primero, también, de los estatutos de la Fundación Pro
Real Academia Española (entidad que tiene como finalidad atraer recursos
económicos para la financiación de las actividades e iniciativas de la Academia,
regida por un patronato -cuya presidencia de honor corresponde al rey de
España, Juan Carlos I-, la presidencia al gobernador del Banco de España y la
vicepresidencia al director de la Real Academia Española, las vocalías
corresponden a otros académicos, presidentes de las comunidades autónomas y de
empresas privadas, así como socios fundadores).
Entre las propuestas más controvertidas figura, sin duda, la supresión de la palabra “dignidad”.
Según el estudio del Instituto de Lexicografía, “el término está completamente
en desuso, y además, no parece demasiado útil a la retórica publicitaria, como
ha ocurrido con otras palabras exitosamente recicladas, como revolución, rebélate, o explosión”.
Según declaraciones oficiosas de algunas “mayúsculas”, una población que sólo espera de sus políticos trabajo -a cualquier
precio- para poder pagar la hipoteca no requiere en absoluto el uso de la
palabra “dignidad”. En cambio, diferentes “minúsculas” se han pronunciado
en un sentido opuesto, acusando a la publicidad de promover un empobrecimiento
del idioma paralelo al que se está perpetrando contra la sociedad.
Los
recortes podrían afectar también a términos como: responsabilidad, honestidad,
solidaridad, compromiso, analizar, firmeza,
coherencia, izquierda (en su acepción ideológica), derecho (ídem), reflexión,…
así como sus derivados. En total, podría
haber unas mil palabras en riesgo de extinción, siempre que la publicidad o la
propaganda no hallasen una nueva utilidad para ellas.
Por último, destacar también el patrocinio -toda una novedad- del nuevo
diccionario, que será llevado a cabo por Ariel,
detergente líquido con un toque de suavizante, que a su vez, podrá usar
libremente el añejo lema de la Rae, el conocido “limpia, fija y da esplendor”.
Al parecer, la RAE se ha visto obligada a retirar su propuesta al tener conocimiento de la actitud de Maruja, de Nou Barris, que ha rechazado la "medalla de honor" de la ciudad, que le iba a imponer X. Trias, el alcalde convergente. Maruja se ha negado a recibir esa medalla de un gobierno que no ha cesado en su empeño de perjudicar al pueblo con su opresiva y represiva política neoliberal de recortes.
[...] necesitamos, más que nunca, empezar a mirar lo que durante muchos años
no hemos querido ver. Que la relativa comodidad con la que el
capitalismo ha comprado las voluntades durante los últimos treinta años,
se acaba. Que ningún gobierno nos salvará, que nadie va a soportar por
nosotros y nosotras las duras condiciones de vida que tenemos por
delante. Y que para afrontarlas, las y los trabajadores necesitamos
organizarnos y utilizar las herramientas que siempre han sido el soporte
de la clase trabajadora: la solidaridad y el apoyo mutuo.
[...] ¿Seguiremos pensando que para seguir a flote hay que hacer lo que sea,
aunque se trate de pisotear la cabeza de quien tenemos al lado?
¿Seguiremos enterrando nuestra dignidad en montoncitos de billetes que
ya no tenemos?
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