viernes, 6 de mayo de 2011

CRÓNICA DEL UNO DE MAYO

Uno de mayo, fotografías por "Anon".

     El pasado uno de mayo, dos mundos distintos y distantes se miraron a los ojos. El odio antiguo resurgió, vivificado.  Después de todo, sólo se rompieron algunos cristales: bancos, aseguradoras... Entidades que han roto premeditada y minuciosamente nuestras vidas. Este que aquí escribe no arrojó ninguna piedra: por ahora, mis armas siguen siendo las palabras; pero es fácil comprender que vuestras tijeras -afiladas sobre el papel donde se plasmaron vuestras propias normas- encuentren su lógico oponente en nuestras piedras, la intifada de la ira ante el expolio y la injusticia. Tampoco recibí -una pura cuestión de suerte- palos de los antisistemas de jesmar del sheriff puig, ni planifiqué el recorrido de la mani por los barrios altos de Barcelona. Pero asistí, y miré firmemente a los ojos de esas personas cuyos privilegios se preservan por encima de nuestras necesidades básicas. Sé que no debe resultar agradable que alguien visite tu casa armado con piedras y palos, pero así es justamente como se sienten lxs paradxs, lxs desahuciadxs, lxs que rebuscan por la noche en los contenedores, lxs que piden silenciosamente en el metro, en la puerta de los supermercados... Apaleadxs, apedreadxs, por un sistema cuya norma -y no excepción- es la violencia, el crimen, el engaño. 
     Dos mundos distintos y distantes nos miramos esa tarde. Mi intención no fue intimidatoria, sino interrogativa: más allá de los discursos y las manipulaciones mediáticas, del uso intimidatorio de la fuerza, quería simplemente preguntarte ¿POR QUÉ?, ¿HASTA CUANDO? ¿CON QUÉ LEGITIMIDAD? mientras te miraba fijamente a los ojos.
josé icaria


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