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La imagen que "El País" no quiso publicar |
Atravesando los últimos metros, rumbo a Sol. De nuevo, Sol marcaría la única hora que realmente nos interesa: la hora de la Revolución. Los indignados se abrazaban, en la calle de Alcalá, a punto de concluir la epopeya del viaje.
Tuvimos la suerte de estar presentes, y compartir ese momento áureo, que fue directo al cofre de los recuerdos selectos: el corazón latía fuertemente, y las consignas vibraban rudamente en la garganta, mientras que un escalofrío nos erizaba la piel, y las pupilas brillaban, emocionadas.
Un momento después, paramos frente al ministerio de educación, y se corearon consignas contra los recortes. A continuación, los bomberos nos recibían cálidamente, mientras que los asistentes coreaban: "madero, aprende del bombero".
Entrábamos, al fin, en la plaza. La multitud celebraba la nochevieja del capitalismo, y el año nuevo de la Revolución.
Aprovechamos para felicitar a Gallardón (como decía una canción, "las palabras que terminan en -ón esas suelen ser para morirse de risa") y el Ayuntamiento de Madrid, que tuvo la gentileza de cortar el agua y la luz de la zona de acampada, en el Paseo del Prado. Para ellos todo, y para nosotros ni agua. Tomamos nota.
Un abrazo para la gente de Madrid, que pasó toda la noche trabajando para montar la acampada, y que nos ofreció su cariño y hospitalidad, y al pueblo madrileño, que también contribuyó ofreciendo, solidariamente, bebida y alimentos. La Acampada de Madrid se merece una OOOOOOOOLAAAAAAAAAAA!!!
De nuevo juntos, Sol (el mundo que queremos) y Sombra (el mundo despreciable que no se resigna a desaparecer).
marchapopularindignada
"caminante no hay camino, se hace camino al andar" A. Machado
Un abrazo muy muy fuerte para todos los que habéis llegado del Norte, del Sur, del Este y del Oeste, y que cueste lo que cueste, seguiremos.
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