La
revista 'Der Spiegel' recoge en su edición online las alucinadas
declaraciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en las que
afirma, en tono jocoso (un registro indudablemente insólito en el
presidente), haber sido depositario de una serie de visiones
apocalípticas, respecto al futuro de España, mientras permanecía,
“en una especie de duermevela”, en la suite de su hotel, durante
la noche pasada.
En
ellas, ascendía a los cielos de la Unión Europea, donde atravesaba
sendas hileras de mandatarios sedentes hasta descubrir al mesías, el
ex-presidente Aznar, como el cordero de Dios, puesto que “resucitó”
de un atentado de ETA “para traer a los hombres la buena nueva del
neoliberalismo y el fin del estado del bienestar”, como un reducto
pagano -en el sentido de que a los ricos no les gusta pagar- al que
había que combatir.
En
ocasiones, el propio Rajoy se describe a sí mismo como una
reencarnación de Cristo, puesto que afirma haber tenido “en mi
mano derecha doce estrellas:
las
que figuran en la bandera de la Unión Europea”,
mientras que “de mi boca
salía una aguda espada
de dos filos: la espada de los recortes”.
Por
otra parte, afirma haber participado en la apertura del primer sello
con el estallido de la burbuja inmobiliaria, planificada por los
altos mandatarios celestes y el cordero de Dios, para extender el
hambre y la enfermedad en España, mientras que la guerra estallaría
a causa de la injerencia del jinete de los separatismos, el ministro
Wert (que es también una velada expresión del maligno, puesto que
se separa, por una unidad, de la perfección, o Qwert).
El
jinete de la muerte (Ana Mato) cabalgaría sobre los yermos páramos
de la Sanidad, después de sucesivas oleadas o trompetazos de
privatizaciones. Esas trompetas sonarían también antes de la
devastación y sucesiva privatización de cada uno de los llamados
“pilares del estado social y de derecho”: la vivienda, el empleo,
la educación, la sanidad, la justicia, las pensiones, personas en
situación de dependencia…
Para
Rajoy, la Nueva Jerusalén está al llegar, y su ubicación sería en
España: una ciudad que descendería del cielo a la tierra y se
constituiría en el triunfo definitivo del cordero de Dios, a la vez
que supondría el final de todos los conflictos. Una idea que también
podría ser interpretada como la teoría del fin de la historia, de
Fukuyama (la historia humana como lucha entre ideologías ha
concluido, dando paso a un mundo basado en la política y la economía
neoliberal, que se ha impuesto a lo que el autor denomina utopías
tras el fin de la Guerra Fría).
“El
fin del mundo de los mayas no es nada comparado con lo que les espera
a los españoles”, ha añadido Rajoy, antes de dar por concluida la
entrevista, según el propio semanario.
Rajoy a Der Spiegel: "El fin del mundo no es nada comparado con la que nos espera" por José Icaria se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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